miércoles, 30 de septiembre de 2009

17ª Capítulo. Libro de Paloma /Parte 4


Lo miré con horror y me solté de su chaqueta haciendo que me cayera hacia atrás golpeándome en el trasero. Me dolió más de lo que debía puesto que en no hace mucho me mi hermana Daniela había caído encima de mí haciendo que mi pobre trasero quedara resentido. Jae se apresuró a levantarme con la linterna entre sus dientes y me miró con gesto de desaprobación.
-No están sucios de verdad… les unté manjar solamente.
-Oh, -dije. –Ya veo.
-Dime que no lo encuentras divertido ¿a qué si?
-Bueno… -dije sin encontrar las palabras perfectas para decirle lo que pensaba.
-Vamos, -me invitó a que le contestara.
-Es que, bueno, yo… yo le hubiera hecho otra cosa…
-¿Algo más? –preguntó con una sonrisa ansiosa. –Me gusta, vamos ¿qué es?
-Eto… bueno yo… yo le hubiera escondido el colchón. Le hubiera hecho la cama pero sin colchón… ¿entiendes?
-Oh –dijo sorprendido. –Eres maquiavélica, eso me gusta, vamos a ver…
Hero me pidió que le sostuviera la linterna mientras desarmaba la cama y sacaba el colchón el cual fue dejado en el balcón de la habitación. Se preocupó de que la luz de fuera no dejara ver la sombra del colchón e hizo la cama de nuevo… cuando terminó me miró con duda.
-¿Y los papeles?
-Qué rodeen la cama y pon un letrero que diga “aquí yace el soplón más grande de la historia”.
-Me gusta tú estilo Paloma –dijo mientras hacia exactamente lo que le había dicho. –Eres del tipo subterráneo… pero sin perder la calidad del trabajo… algo suave pero con el toque de oscuridad perfecto.
Sonreí complacida. Mis hermanas no admiraban eso de mí, bueno se podría decir que se reían de mis bromas más locas, como cubrir al señor inodoro con cinta adhesiva o dibujar Calamardos por doquier y en los lugares menos imaginables. Y ese tipo de cosas que me gustaban hacer, pero esto lo había hecho sólo porque Hero estaba conmigo ya que si estuviera en mi casa no lo hubiera hecho nunca y no porque mis padres me hubieran retado si no porque no tenía cómplice y porque el papel higiénico era caro.
Hero escribió en un papel algo en letras coreanas y luego de mirar nuestra obra me tomó de la mano para salir al mismo tiempo que oímos voces que venían desde afuera. Hero me apretó la mano muy fuerte, pero yo ya estaba muy consciente de lo que pasaba. No reconocí la voz pero se acercaba más y más. En cuestión de segundos Hero me tiró hacia dentro de la habitación a oscuras y abrió algo para luego cerrarlo y dejarnos a ambos dentro.
-¡Shhst! –me dijo.
-No sabes si vienen a esta pieza…
Acababa de decir esto cuando vi por la rendija de la puerta de donde fuera que nos habíamos metido que la luz era encendida.
-¡Woooo! –exclamó alguien.
-Es Junsu –me dijo Hero moviéndose un poco haciendo que estuviera mucho más apegada a él. –No creo que le diga a Changmin, a él también lo ha acusado.
-Oh.
Por un momento me sentí mal por Max, ya que yo también era media soplona en casa y no por eso mis hermanas me hacían este tipo de bromas. De seguro que si pudiera Belén me las haría, pero ella no era tan inteligente…
-¿Te sientes mal? –preguntó Jae notando que de pronto me quedaba callada.
-Un poco, pero se me pasará.
-Te confieso que también me siento un poco mal, pero siempre es así al principio, y luego ando contento de lo genio que soy…
-Ejem -carraspeé.
-De lo genios que somos –corrigió y le vi sonriendo.
La luz seguía prendida pero no oía a nadie hablando, me pregunté si ellos ya se habrían ido e iba a abrir la puerta sólo un poco cuando sentí la mano de Jae impidiéndomelo.
-Yo que tú no haría eso.
-¿Por qué?
-Junsu está con tu hermana Nyzia, ya sabes… -y levantó las cejas tan incómodo como yo.
-Oh –dije haciendo una mueca de asco.
-Paloma –me llamó Jae en un susurro.
-¿Eh?
-Baja la voz, oye… ¿puedo preguntarte algo?
-Qué te pica –dije acostumbrada a decir eso. Sonó medio raro en japonés, pero a Jae le pareció divertido porque sonrió. Eso era lo importante.
-¿Qué hacías sola fuera de tu pieza?
-Ah, eso…
Me mordí el labio inferior y lo miré a la cara tratando de encontrar sus ojos en la oscuridad. Lo único que podía verle eran los dientes, así que por lo menos sabía que no se estaba riendo ahora.
-Mm, me dio miedo quedarme sola en la pieza… estaba oscura.
-Ah, -vi que él se agachaba un poco y quedó a menos de veinte centímetros de mi rostro. –Pero estabas llorando.
-Ah, me viste.
-Uh-uh.
-Me gusta llorar –le dije.
-Pero no estabas llorando por nada ¿o sí?
-Bueno…
Hablábamos muy bajito por lo que a cada rato Hero me mandaba su dióxido de carbono con lo que apenas podía respirar. El clóset (que luego me di cuenta de que nos habíamos metido en uno de esos al ver toda la ropa colgada) estaba quedándose sin oxígeno fresco y yo quería respirar decentemente ahora.
-Extrañaba a mis padres –le dije.
-¿Te quieres ir?
-No dije eso, sino que solo los extraño.
-Es lo mismo.
-No lo es.
-¿Te gustaría estar con ellos ahora?
Guardé silencio porque si eso te lo preguntaba tu cantante famosos… en otros términos era entre elegir a tus padres (gente con la que has compartido la vida entera) a estar con el chico que has amado en secreto desde que lo viste en Mirotic atrapado con cuerdas y cantando y con sus venas y…
-Estás poniéndo esa cara de pervertida de nuevo –me advirtió sonriendo.
-Oh, lo siento, es que…
-Sí, sí sé… estabas pensando con la cara.
Entrecerré los ojos porque no encontré su comentario muy lindo y le pegué en el brazo.
-No pienso con la cara –le dije.
-Baja la voz.
-¿Y si no quiero? –pregunté más alto.
-Bueno, en ese caso asume las consecuencias.
Y en ese instante la puerta del clóset se abrió y vi que mi hermana Nyzia y Xiah nos miraban con cara de no saber qué hacer. O nosotros los habíamos estado espiando a ellos o ellos sabían que habíamos sido nosotros los de la broma.
En cualquier caso nos iba a llegar un reto igual.

17ª Capítulo. Libro de Paloma /Parte 3


Estaba sentada afuera de mi habitación mientras escuchaba música. No quería entrar porque me daba miedo y no sabía donde estaba el interruptor. Hero había dicho que tenía cosas que hacer y me dejó fuera de mi habitación para encerrarse en la suya rápidamente.
La evaluación de ese día daba una nota de 6.5, obviamente no por el hecho de levantarme temprano ni de haber visto a mi hermana Nyzia haciendo cosas de grandes (llámese a eso intercambio salival) Si no porque había entrado a la pieza de Jae y había jugado a las cosquillas con él, habíamos robado juntos las donas de Max y a los dos U-Know nos había regañado por hacerlo. Esto de tener cosas en común con el chico amado era lo mejor.
Cerré los ojos mientras me dejaba llevar con la música de Ariel Lin, y me imaginaba a mi y a Hero riéndonos juntos, caminando de la mano por las calles de Tokio (no me acordaba cuál era la capital de Corea) y haciendo travesuras. Luego con rareza recordé a el mismo Hero que hoy día me amenazó con su poder 2.0 en Mirotic y en Wrong Number y me dio un dolor de estómago notar lo distinto que era cuando estaba en su casa o en confianza. Sonreí un poco al darme cuenta de que conmigo se sentía en confianza y eso por lo menos alentó mi ánimo que con ayuda de la música había empezado a decaer.
Echaba de menos mi casa, a mis amigas, el colegio y en especial a mi papá. Quería abrazarlo y decirle que lo quería, jugar con él y pegarle en la espalda y decirle: papi lindo o cosas así. Acostarme en mi cama, ver Bob Esponja, escribir mis novelas en el computador y ver doramas con mis hermanas en la noche con miedo de que mi padre se apareciera por el pasillo de la escalera a gritarnos que era muy tarde y que luego de volviera a dormir sin acordarse de lo que acababa de hacer. Echaba de menos hacer mi ritual antes de acostarme, el cual consistían en cuatro pasos:
 Dejar mi cama lista para dormir (con las tapas hacia atrás y con algunos abrigos a los pies).
 Bajar al baño aunque no tuviera ganas de usar al señor inodoro y lavarme los dientes.
 Llenar un vaso entero con agua para sólo tomar un sorbo.
 Subir a la pieza, aplicarme mi crema para las manos y molestar a mis hermanas para que dejaran de conversar o acusarlas a papá de que no apagaban la música y luego escuchar un poco de Ai Otsuka o DBSK para dormir y cerrar los ojos abandonándome al sueño.

También extrañaba el comer con mis palillos, esos que había comprado en la tienda china en la que atendía en único chino lindo de la ciudad y por sobre todo extrañaba estar en familia.
Sabía que iba a llorar, pero me gustaba. Sí, eso de sentir pena y que los ojos me lagrimearan aún sin tener verdaderos deseos de desahogarme y esas cosas. Pero así era, así era yo, y me gustaba como era.
-¡Oye! –oí que alguien me decía a mi lado.
Abrí los ojos y me encontré cara a cara con Jaejoong el cual sonreía de manera muy sospechosa. Al principio creí que era un sueño, que estaba en mi casa sentada en mi cama y que me imaginaba que Hero estaba cerca de mí, pero luego de un rato la realidad me sobrevino de golpe y tuve que cerrar los ojos varias veces para creer de verdad en que Jae estaba frente a mí.
-¡Oye! –volvió a decirme con ese tono sospechoso. Apagué el mp3 rápidamente y levanté las cejas.
-¿Qué pasa?
-¡Shhtt! –me dijo poniendo sus manos en mis hombros para que me quedara quieta y me callara. –Tienes que prometerme que te quedarás callada.
-¿Ah si? ¿Y para qué sería? –pregunté mas bajo.
-Es que he elaborado un plan –me dijo sonriendo cosa que hizo que de pronto hiperventilara de una manera casi vergonzosa.
-¿Plan?
-Sí, vamos –se levantó rápido y me ofreció la mano, cosa que me hizo recordar el momento vivido en el concierto el día anterior… ¿era la misma hora? -¿Vas a tomar mi mano o quieres quedarte fuera de mi maravilloso plan?
-Pero… -tomé su mano y él me ayudó a ponerme de pie. –Pero ¿qué vamos a hacer? –pregunté dándome cuenta de que usaba un raje negro apretado (que me hizo acelerar el corazón) y llevaba guantes en las manos.
-Silencio –dijo caminando lento mientras miraba hacia todos lados por si alguien nos veía. O eso creí. –Como mi compañera de estrategias –dijo deteniéndose antes de pasar por la escalera, -estás obligada a secundarme en mis propósitos.
-No entiendo –le dije arrugando la cara. Jae apretó mi mano más fuerte y pasó corriendo por la escalera hacia la pared que nos protegía por si alguien nos veía.
-Vamos a jugarle una broma a Shim.
-¿Eh?
-Me acusó con Yunho, eso no se perdona. La última vez le dijo que había atado todos sus zapatos al picaporte de la puerta de la calle y Yunho me dijo que me quedaba sin postre por tres días.
-¿Él puede hacer eso?
-No sé si ser el líder le da tanto derecho, pero nadie reclama.
-Nosotros a Belén sí, pero casi nunca.
-El punto, -dijo abriendo la puerta de su habitación y sacando una bolsa de basura llena con no sé qué –es que ahora mes la va pagar. Y no va a poder saber quien pudo ser.
-¿Cómo estás tan seguro?
-Por que tú dirás que estuve todo el rato contigo.
Me puse roja de solo escucharlo decir eso. Hero me sonrió y luego se puso el dedo en la boca poniendo cara de extrema concentración y caminó de puntillas como verdadero criminal a la habitación de en frente que era donde dormían Xiah y Max, según mis cálculos. Sacó de un bolsillo algo que parecía una horquilla y la metió en el resquicio de la llave.
-La puerta está abierta –le dije. Habíamos entrado sólo esa tarde a la pieza y él sabía que la piezas nos estaban cerradas con llave nunca. Él mismo me lo había dicho…
Jae me miró y me sonrió avergonzado.
-Lo siento, es que si actúo como bandido me gusta hacer el papel completo ¿entiendes?
-Uh-uh –le dije un poco desconcertada con esa actitud de demente que tenía.
Obviamente la puerta se abrió rápidamente (no estaba cerrada ni por si acaso pero Jae igual al final de la operación llámese a esto meter la horquilla y fingir que la puerta se abría con ella besó el metal y lo guardó dentro del pantalón como si fuera un tesoro), entramos despacio y cuando estuvimos dentro Hero cerró la puerta rápidamente dejándonos en la más completa oscuridad.
-Prende la luz –le pedí.
-Sospecharán si ven una luz en donde se supone no hay nadie.
-No seas paranoico –le dije riéndome por su falso temor.
-Vamos a hacerlo a la manera convencional –dicho esto Jae comenzó a moverse medio raro buscando algo y de pronto se prendió la luz de una linterna que nos alumbró muy pobre.
-Me voy a caer si no veo –le dije.
-A ver, agárrate de mi chaqueta.
No tuvo que repetirlo dos veces para que yo le hiciera caso. Me sostuve de la chaqueta de cuero negro que usaba mientras él deshacía la cama de Max y le echaba algo encima.
-¿Qué es? –pregunté sin identificar algo que me pareció papel pero arrugado. Jae no aguantó las ganas de reírse cuando me contó.
-Es papel higiénico.
-Eso no es broma para nada –le dije sin expresión.
-Pero el papel está sucio.

17ª Capítulo. Libro de Nyzia /Parte 2


-¡Ay Belén! –exclamé yo. -¿Tenemos que ir a algún lado tan temprano?
-No, pero yo quiero que sea así. Nos vemos.
Tomó sus cosas de la mesa y sonriendo desapareció en la cocina para luego salir de ella y dirigirse detrás de esta. Me fijé en que U-Know la seguía con la mirada para luego volver a concentrarse en su comida. Entonces Paloma bostezó y me dijo que iría a acostarse, que esperaba no interrumpir nada entre Max y Daniela, porque sabíamos que Max estaba con ella ahora. Aunque sabía que Paloma deseaba abrir la puerta y pillarla infraganti cometiendo algo, tal y como suponía había hecho conmigo. Se levantó de la mesa junto con Hero y ambos fueron a la cocina. En ese momento Daniela y Max entraron a la habitación tomados de la mano.
Paloma salió de la cocina, la miró con cara de “sabía que esto pasaría” y salió acompañada de Hero… Espera. ¿Dije Hero? Miré por donde habían salido y me dio algo en el estómago. ¿Por qué ese chico estaría tanto tiempo junto a mi hermana que de paso era PEQUEÑA? Daniela me miró sonriendo por lo que supe que tenía cosas que contarme tal y como yo. Micky se disculpó junto con Junho diciéndole algo a Daniela la cual me dijo que iban a jugar X-Box en el salón de juegos. Max le dijo algo a Daniela y ella levantó los hombros.
-Voy con ellos –me avisó. –Si Belén pregunta dile eso, ¿vale?
-Uh-uh –dije yo entrecerrando los ojos. Mi hermana no era my buena con esas cosas, pero allá ella. No era de mi incumbencia a dónde iba, sólo me importaba que estuviera bien.
U-Know entonces miró a su alrededor y vio la mesa vacía a su alrededor. Se tragó lo último que tenía en la boca y nos sonrió.
-Is better that I go too… see you –Hizo la señal universal de paz y se levantó rápido sin dejar de sonreír de manera tonta desapareciendo detrás de la cocina hacia donde habían ido casi todos.
Mi corazón comenzó a latir de manera frenética cuando me di cuenta de que Xiah y yo nos habíamos nuevamente solos. Volví la cabeza lentamente hacia él y lo descubrí mirándome fijamente.
Me puse a pensar en que si verdad lo que había pasado entre nosotros había sido real porque me parecía más que un sueño el estar junto a una persona tan perfecta como él. Su mano me apretó más fuerte y yo no pude dejar de mirarlas. Parecían hechas para estar juntas, y me vi a mi misma abrazada junto a Xiah sin separarnos nunca más.
Xiah entonces se levantó y me invitó a acompañarlo. Miré con culpabilidad la mesa sucia, pero él me dijo con la mano que los demás se encargarían, que no me preocupara, o eso creo. Subimos las escaleras y yo obediente lo seguí porque no tenía idea de lo que pensaba hacer. Caminamos hasta el final del pasillo y doblamos hacia otro pasillo que yo no había notado antes. Había un gran ventanal por el cual pasamos y me quedé mirando extasiada la vista de la ciudad a nuestros pies. Sin querer miré hacia la calle y no vi a ninguna fans cerca. Xiah entendió mi preocupación y me dijo (con los dedos, ojos y manos) que las fans estaban del otro lado porque de este se le tenía prohibido pasar a nadie que no fuera residente de la propiedad.
-Oh –dije. –I see…
No podía aguantar las ganas que tenía de hablar con él, de entenderle, pero bueno, si nuestra relación había crecido hasta el punto de besarnos (cosa que aún me costaba creer que hubiera pasado) significaba que la comunicación verbal no era tan importante. Xiah me sonrió y apagó la luz del balcón haciendo que sólo las luces de Tokio a nuestros pies y las otras luces del jardín de abajo nos iluminaran. Me señaló hacia arriba y me mostró el cielo despejado en esa fresca noche de verano con las estrellas saludándonos.
-¡Wow! –exclamé soltándome de su mano y yendo hacia el borde del balcón. -¡Hermosas!
-Beautiful, aren’t they? –bueno, hasta aquí había llegado mi comprensión de inglés básico, cosa que había temido desde hace un tiempo. Por lo que me limité a sonreírle solamente sin dejar de mirar las miles de lucecitas parpadeantes que colgaban del firmamento.
El ver las estrellas te hace sentir tan pequeño, ese sentimiento de saber que nos preocupamos pos nuestras vidas de manera afanosa y hay miles de otras vidas que hacen lo mismo, y que al final de todo una no es el centro del universo. Bueno, que Xiah fuera el centro del mío era una cosa muy aparte, pero como fuera el ver las estrellas me hizo sentir insignificante.
Xiah me abrazó por la espalda y cargó su cabeza en mi hombro haciendo que de pronto dejara de filosofar sobre la vida y las estrellas y los universos personales para concentrarme en respirar y en no sonrojarme. Tragué saliva y puse mis manos sobre sus brazos que rodeaban mi cintura. Cerré los ojos y por un momento me dejé llevar por la sensación de estar así con él y apoyé mi nuca en su hombro a mis espaldas. El viento fresco era delicioso, el sentirlo en mi rostro y en mi cabello era una sensación que junto a estar con Xiah me hacía creer que era la mujer más feliz del planeta.
Xiah entonces comenzó a tararear una canción en coreano que no conocía por supuesto, pero que hizo que me sintiera llena de mariposas y de cosquillas por todo el cuerpo. Apreté sus brazos, más fuerte y apoyé mi mejilla contra la suya para sentir el movimiento de sus músculos al cantar, cosa que juro me dejó en otra galaxia porque aparte de que su voz era perfecta el roce de su rostro contra el mío era algo que nunca había vivido y que me hacía sentir ganas de reírme mucho y de cantar, baliar, correr y gritar que me gustaba mucho, que lo quería demasiado y rogar para que este momento se hiciera eterno.
Cuando nuestros labios se encontraron fueron mucho más dulces que la vez anterior en que había notado inseguridad la mayor parte del tiempo. Xiah era cariñoso, y no se apresuraba. Tal vez hubiera notado que yo no era una experta con esto de los besos, pero me hacía sentir tan cómoda que esos pensamientos tan rápido como venían se iban por lo que el tiempo que estuve con él en ese balcón se hizo eterno y uno de los que nunca olvidaré por el resto de mi vida.

17ª Capítulo. Libro de Nyzia /Parte 1


Apenas pude probar bocado de la comida luego de todo lo que me había pasado en menos de dos horas. No ayudaba el hecho de saber que el chico a mi lado iba a ser mi supuesto novio ni que el chico al otro lado había besado mis labios. Tampoco ayudaba el hecho de saber que teníamos que escondernos porque les habíamos causado serios problemas a los chicos y no ayudaba el no poder concentrarme en nada que no fuera Xiah conversando con Junho. El corazón aún no recuperaba su ritmo normal, mi respiración seguía agitada y mis ojos no lograban enfocar más allá de la cara de Xiah.
-Nyzia, oye… -cerré los ojos y traté de enfocar la imagen de Belén frente a mí. Parecía un poco enfadada… cuando no.
-¿Hum? –pregunté achicando y agrandando mis ojos para mirarla mejor.
-¿No vas a comer?
-No puedo, ejem, quiero decir, que no tengo hambre. Junho ya había hecho algo para mí. Lo siento.
-Claro, exactamente como en la mañana… -masculló ella mientras tomaba un poco de jugo de naranjas.
-No, si nada que ver… -traté de disculparme, pero no sé que había pasado con mi cuerpo que no respondía a lo que le ordenaba que hiciera.
-Yo sé porqué estás así –me dijo Paloma desde el otro lado de la mesa. ¡¿Acaso no podía callarse!?
-¿Ah? –Belén levantó la vista de su plato y miró a nuestra hermana pequeña.
-Ella y Xiah… muac muac –dijo riéndose.
-¡Oye! –exclamé no tan fuerte. Todos los que estaban en la mesa nos quedaron mirando, sonreí para guardar la compostura. –No hables si no sabes –murmuré más bajo.
-Yo sé lo que vi –dijo Paloma. –No trates de ocultarlo.
-¿Es cierto Shinny? –me preguntó Belén muy asombrada. Yo desvié la vista hacia mi plato conciente de que la mesa estaba muy callada y aunque los chicos no entendieran lo que hablábamos estaban igual de expectantes.
-En la pieza les cuento. Cuando nos acostemos… ahora, bueno… no es un buen momento.
-Estos animales no entienden lo que hablamos Shinny, da lo mismo, ya cuéntame por favor.
Belén se inclinó hacia mí y me sonrió con picardía. Yo le dije que no con la mirada y comencé a comer para que no me molestara. Paloma entonces tosió y comenzó a reírse mientras Belén la miraba un poco preocupada de su risa maniaca. Hero también miraba a Paloma pero lo hacía sin preocupación, era como si estuviera admirando la manera de reír de mi hermana pequeña. U-Know comía lo que esta vez Belén había cocinado con ganas y Micky también lo hacía sin dejar de conversar con Junho. Xiah esperaba a mi lado a que yo comiera porque él no había pedido una porción de comida así que yo… me hubiera gustado pedirle que fuéramos a un lugar más íntimo, pero no iba a pedirle a Belén que se lo hiciera saber por mí y menos a Paloma, la cuál parecía no poder parar de reír lo que estaba poniendo a Belén de los nervios. Yo sentí que me ponía roja de repente al sentir la mano de Xiah tomando la mía por debajo de la mesa. Cosa que Junho notó porque echó un vistazo hacia abajo y luego siguió conversando con Micky.
-Paloma, compórtate –le ordenó Belén a nuestra hermana que había vuelto a reír de manera estrepitosa. –Estamos comiendo.
-¿No ves lo roja que se puso? ¡Nuestra hermana ha crecido! –exclamó como si hubiera que celebrar mi beso o algo. –Ya no será nunca más llamada “Yeta” ni “Jamás besada” ni “Sor Teresa”.
-Paloma cállate –le espeté. Me estaba comenzando a enojar de verdad y no quería perder los estribos frente a Xiah… me imaginé que de repente me veía pegándole a Paloma mientras gritaba: ¡Iiiiá! (sonido Ninja) y él se escapaba corriendo a la pieza asustado de que en un momento de enojo le pegara a él también. Suspiré y volví la vista a la comida que me hacía doler el estómago.
-En la pieza quiero detalles Shinny –dijo Belén bebiendo lo que quedaba de su jugo y poniéndose de pie.
-Belén, nadie se ha levantado aún, es de mala educación que…
-Ay Shinny tú tienes trasero de cojín, lo que es yo me voy a la biblioteca a ver qué puedo leer esta noche.
-¿Mañana no hay que levantarse temprano? –preguntó Paloma deteniendo su risa.
-No, -dijo Belén. –Bueno, yo no considero las 8 de la mañana muy temprano… ¿ustedes sí?

lunes, 28 de septiembre de 2009

16º Capítulo. Libro de Daniela /Parte 4


Salí hacia el exterior y me sentí de pronto muy pequeña al ver la ciudad de Tokio a nuestros pies. No me había dado cuenta en qué parte estábamos exactamente de la ciudad pero debía de ser una lugar en altura porque la ciudad se veía completa debajo de nosotros. El aire fresco de la noche secó mi cara pero la dejó pegajosa, iba a tener que limpiarla concienzudamente antes de acostarme porque de seguro que el aire de Tokio era tan tóxico como el de Santiago y podía arruinar mi cutis. Suspiré mientras miraba la ciudad como hipnotizada. La verdad es que no debí de pegarle a Paloma cuando caí sobre ella, tal vez le había golpeado en algún lugar cuando estuve encima y por eso me había quitado tan bruscamente. Sabía, además, que ella a todas le decía tonta y no tenía que tomármelo a personal –aunque ella a veces lo dijera en serio dada mi mala memoria para algunas cosas o mi inevitable don para inventar otras –por supuesto que debía enojarme con ella, pero para golpearla no había motivo. Cerré los ojos y sentí la brisa acariciando mi rostro y mis brazos desnudos. Las cosas estaban un poco locas; en casa de chicos famosos, con una hermana como Belén a la que había que tener controlada porque si la hacías rabiar un poco la pobre era capaz de gritar hasta la China… ups, ahora la China nos quedaba un poco cerca… eh… como fuera, además de todo a mi me gustaba uno de los chicos con los que vivía, esto era el colmo…
Me dio frío y volví a la habitación para buscar un chaleco cuando me llevé el susto de mi vida al ver una figura enorme en el umbral de la puerta. Me quedé inmóvil en el quicio entre la ventana y el balcón con el corazón en la boca.
-¡Me asustaste! –grité reconociendo a Max el cual entró rascándose la cabeza muy incómodo y cerró la puerta. –No prendas la luz… no quiero que me veas.
Estaba segura de que tenía todo el maquillaje corrido, el pelo desordenado y un gran cototo en la frente donde me había pegado. Max bajó el brazo con el que pensaba encender la luz y se quedó de pie sin moverse.
-No bajaste a comer –farfulló.
-Ah, sí, es que no tenía hambre.
-Pero yo te esperé.
-Había comido contigo, tampoco tenía tanta hambre.
-Sí, se me había olvidado.
-Mm –dije yo.
Lentamente cerré la ventana a mis espaldas y avancé un poco hasta sentarme en la cama sin dejar de abrazar el almohadón. Max se quedó de pie unos segundos y luego se acercó hasta donde estaba yo y se sentó en el borde de la cama del frente. No lo veía muy bien, pero el reflejo de la luna y las luces de todo Tokio alumbraban un poco la habitación dándole ese toque masculino que le había visto en varias ocasiones en lo videos o en conciertos.
-¿Estás bien? –preguntó luego de un rato en que no me había dado cuenta y me había quedado pegada en sus ojos.
-¿Eh? –dije volviendo a la realidad de golpe. –Eh, sí.
-¿Y te arreglaste con tu hermana?
-No.
-Ah, y… ¿te duele donde te pegaste?
-Más o menos…
-¿Y es verdad que no vas a la fiesta mañana?
-No quiero hablar de eso ahora, Max.
Noté que al nombrarlo como yo lo conocía sus facciones cambiaron y se puso más serio.
-Sólo estaba preocupado, nada más.
-Sí, lo sé –le dije mirando hacia el suelo. –Pero es que de verdad ahora no quiero hablar, estoy demasiado enojada.
-Me cerraste la puerta en la cara, yo debería estar enojado.
Levanté la vista y lo vi con las cejas levantadas en actitud de desprecio.
-No te hagas la víctima…
-Oye no me estoy haciendo la víctima –le espeté rápido. -¿Por qué mejor no te vas? –le pedí. Deseaba que se quedara, que me abrazara y me diera consuelo, pero no necesitaba que me tratara mal. No mientras yo me sentía deprimida aún.
-Es mi casa.
-Me lo estás echando en cara…
-Daniela –dijo con otro tono de voz que hizo que me sintiera una niña de cinco años apunto de recibir un sermón por parte de un superior. –No tienes que alejar a todos de ti sólo porque te sientas incomprendida a veces. Las cosas no se solucionan así. Tu hermana me dijo que te daba vergüenza que te viera luego de que pelearan frente a mí. ¿Es eso cierto?
No le respondí porque me dio rabia que Paloma fuera tan soplona. Lo que menos me gustaba era que hablaran de mí sin conocerme. Max bufó y se hizo hacia delante estirando una de sus manos hasta que tocó las mías que seguían apresando el almohadón muy fuerte.
-Las personas perfectas no existen –me dijo. –Y nunca van a existir, sólo Dios es perfecto y nadie se le puede igualar.
-Lo sé –musité.
-No sientas vergüenza de lo que vi. No te voy a negar que nunca te hubiera imaginado en esa pose de mala… aunque para mí fue divertido.
-¿Divertido? –pregunté sintiendo que estaba bromeando conmigo.
-Divertido no en ese sentido, lo que pasa es que los chicos cuando pelean entre ellos nunca se pegan, pero cuando Junsu me molesta yo no puedo aguantar las ganas de golpearlo. En definitiva el verte a ti sólo me recordó a mí mismo.
-¿Tú… yo? ¿Qué?
-Eso. No te preocupes, todos reaccionamos de una manera al sentirnos enojados…
-Pero yo…
-Qué, tú eres una mujer, ¿eso es?
-Bueno, -dije haciendo una mueca. Max sonrió y me pasó la otra mano por la cara haciendo que sintiera su piel caliente sobre mi rostro helado.
-A mi no me importa si para desahogarte tiras vidrios rotos por la casa o te ríes de manera estrepitosa o si pateas a todo el mundo. Porque ése es tu verdadero yo. Y yo quiero conocer a ese verdadero yo.
-¿De verdad eres el más pequeño del grupo? –pregunté asombrada de la madurez con la que me hablaba.
-Eso dicen el carnet, aunque a veces creo que el más pequeño de todos es Jae… demasiado infantil a veces… ¿puedes creer que me robó las donas que tenía guardadas bajo mi cama? Es un ladrón cualquiera…
Me reí y me sentí mucho más libre. De pronto pensé que Max era perfecto para mí porque era uno de las pocas personas que podía sacarme una risa cuando me invadía la oscuridad del enojo.
-Gracias –le dije ladeando la cabeza para sentir su mano mucho más cerca. –Gracias…
-De nada –respondió levantándose y sentándose a mi lado. Pasó su brazo alrededor de mis hombros y me atrajo hacia sí. –Pero qué pequeña eres –me dijo.
-No es mi culpa de que seas un mutante –le dije picada. Se suponía que entre las cuatro una de las más altas era yo. En otras palabras él era muy grande.
-Pero a ti te gusta este mutante –dijo apoyando su barbilla en mi cabeza mientras yo dejaba de abrazar el almohadón y lo rodeaba con los brazos.
-Y a ti te gusta esta pequeña.
-Nunca lo he negado –dijo.
Levanté la cara rápidamente para decirle que yo tampoco lo había hecho pero no me dejó puesto que estampó sus labios sobre los míos dejando que mis palabras desaparecieran de pronto y que a cambio una sensación de felicidad me recorriera entera.
Feliz… en lo único que podía pensar era en esa palabra y en lo feliz que me sentía de estar con Max así. Juntos. Solos. Libre.

16º Capítulo. Libro de Daniela /Parte 3


Esto iba a ser un problema. Belén no había visto cómo Junho miraba a Nyzia, y tampoco había notado lo ciego que se ponía Xiah a su lado. Esto no era buena idea, para nada…
Golpearon la puerta y me apresuré a cruzar la habitación para abrirla mientras seguía escuchando como Belén usaba la psicología inversa con Nyzia haciéndole creer que ir a una fiesta con el hermano del chico que te gusta no era nada comparado con los vestidos y joyas y maquillaje que íbamos a poder usar esa noche.
-Hola –me dijo Max cuando abrí la puerta.
-Hola –le dije yo.
-Ya te enteraste.
-Uh-Uh.
-Daniela ¿quién es? –preguntó Belén.
-Es Changmin –dije yo. Me gustaba ver sonreír a Max cada vez que decía su nombre. Belén se acercó a nosotros y lo miró de pies a cabeza.
-Espero que aquí el señor no se olvide de que es el anfitrión mañana en la fiesta para esta pobre chica venida de Inglaterra…
La miré sin comprender, pero Max hizo una reverencia que hizo que hermana mayor riera satisfecha.
-No entiendo –dije.
-Que él te explique, yo voy a hablar con Yunho.
Y salió de la habitación dejándonos solos.
-¿Anfitrión? –pregunté mirando a Max.
-Por supuesto. Según las encuestas mi pronunciación es mejor que la de todos aquí, y como vienes de Inglaterra, tendré que estar contigo durante la fiesta…
-Preferiría no ir.
-¿Cómo…?
-Se ahorrarían el tener que mentir, -dije yo cerrando la puerta y apoyándome en ella. –Nos quedamos aquí y se acabaron los problemas.
-Pero, no… pero…
-¿De qué sirve que vayamos? –inquirí.
-Yo quiero que vayas –me dijo tan tierno que tuve que mirarlo directo a los ojos para recordarme a mí misma por enésima vez que al tipo yo le gustaba y que era verdad, que no me lo estaba inventando ni nada.
-Qué lindo eres… -dije. Sí, estaba coqueteando y qué, ¿quién iba a decirme algo? Si el chico que me gustaba y al que yo le gustaba estaba frente a mí no iba a quedarme como zombie… o sea, eso ni pensarlo.
-Tú también eres muy linda –me dijo él.
Yo no sé si me sonrojé o algo parecido pero de repente Max se me quedó mirando muy serio y yo estuve apunto de perder la conciencia porque se me había olvidado respirar. Max se acercó a mí y estiró su mano poniéndola en mi mejilla, haciendo que me apegara más fuerte a la puerta. Pasó su dedo pulgar por mi rostro y comenzó a acercarse más, y más y más…
-¡Daniela ven! –la puerta se abrió de golpe y caí encima de mi hermana Paloma. -¡Tonta! –me dijo empujándome hacia otro lado con lo que me pegué en la cabeza, mi parte del cuerpo más débil.
Y en ese momento vi todo rojo, la sangre me hirvió y sentí mi fuerza crecer de manera alarmante. Estiré mi pierna y le pegué a Paloma en el brazo.
-¡Nadie me dice tonta! –le grité.
-Nadie me pega –dijo ella y me tiró del pelo haciendo que me doliera más la cabeza.
Yo iba a pegarle de nuevo pero vi a Max inmóvil mirándonos desde el umbral de la puerta y de forma instintiva me tapé la cara y cerré la puerta muy fuerte.
-¡Tonta! –le dije a Paloma. -¡Ahora qué irá a pensar de nosotras!
-Que somos hermanas normales.
-¡Que somos animales! –grité yo apunto de llorar.
-¿Diri? –oí que preguntaba Nyzia. -¿Qué pasó?
-¿¡Qué no viste!? –gritó Paloma poniéndose de pie y lanzándome una mirada que me dieron ganas de pagarle muy fuerte en la cara.
-Abrió la puerta y me caí encima de ella –le dije a Nyzia lo más calmada que pude. Mis ojos comenzaron a lagrimear y en mi mente lo único que veía era la imagen de Max mirándome sorprendido.
-Me aplastó –dijo Paloma en tono ofendido. –Iba a contarle lo que había pasado entre tú y Xiah pero cuando abrí la puerta la pillé apunto de besarse con Max, si por eso no más es que está enojada…
-Paloma cállate –le dijo Nyzia. La miré entre mis lágrimas y la noté un poco avergonzada. –No tienes que andar contando las intimidades de los demás. Tenemos que trabajar en nuestros papeles.
-No voy a ir a la fiesta –dije levantándome del suelo sintiendo que se me movía todo a mis pies. –No voy a ir a ningún lado, menos con esa…
Paloma me tiró la lengua y salió de la habitación. No quise fijarme si Max seguía allí, por eso es que seguí con mi cara cubierta y me estiré en mi cama.
-Dile a Belén que no se preocupe por mí, que yo me voy a quedar sola… que ya veré…
Me puse a llorar y dejé que Nyzia me consolara un rato, pero el cabo de unos momentos Paloma entró en la habitación para decirle a Nyzia que Belén la llamaba a comer. Yo no bajé por supuesto, además ya había comido un poco con Max y… ese pensamiento me hizo estremecer de pena, pero me contuve hasta que vi que Nyzia salía de la pieza con una cara de extrema preocupación. Cuando la habitación quedó a oscuras, cerré los ojos con mucha fuerza y abracé un almohadón rogando para que todo se acabara pronto.
No pude quedarme dormida aunque quise. La verdad es que en ese momento deseé estar en casa para poder llorar en más confianza, o enojarme con más libertad, porque tener a más de cinco hombres en la casa hacía que no me sintiera cómoda para nada, aún si uno de ellos me gustaba. Tragué saliva varias veces para mojarme la garganta que tenía seca y me levanté a abrir una de las cortinas porque estaba muy oscura la pieza y no me acordaba de donde estaba el interruptor para prender la luz y me sorprendí al notar que las ventanas se podían abrir y que afuera de ellas había un balcón.

16º Capítulo. Libro de Belén /Parte 2


-Pues búscalas –me dijo Paloma con tono burlón. No iba a perder el tiempo peleando con ella ni con nadie. Las cosas no estaban para reírse o para enojarse, no ahora que sabía que teníamos que hacer las cosas my perfectas porque el mínimo error y estábamos todos en problemas, y cuando hablaba de todos era porque todos los habitantes de esta casa en estos momentos estábamos en problemas.
-A ver –comencé a decir. –Ustedes se acuerdan de cuando llegamos en la mañana ¿no?
-Uh-uh –dijo Nyzia.
-Y se acuerdan de lo que pasó… ¿cierto?
-Daniela nos hizo hacer el aseo como locas. –Dijo Paloma.
-Ay si no es un juego Nono, es algo de verdad… se acuerdan que estuvimos rodeadas de…
-Fans –dijo Daniela.
-¡Exacto!
-No grites –me dijo Nyzia. –Estamos al lado tuyo.
-Como sea, -continué. –Pasó que la prensa se enteró.
-¿Y…? –Paloma aún no captaba que esto era grave.
-Y la productora con la que trabajan también se enteró.
-¿Y eso es malo?
-Les dijeron que tenían que echarnos, bueno a ustedes, porque Yunho mostró mi contrato y eso, pero que ustedes tenían que salir de la casa… hoy.
-¿Pero cómo…? –preguntó Paloma aún sin entender completa la idea.
-¿Por qué Max no me dijo nada…?
-Y Xiah tampoco… -dijo Nyzia pensativa.
-Pero Hero tampoco me dijo nada….
-Yunho les dijo que no dijeran nada, les hizo prometer que iba a hablar conmigo primero para ver qué haríamos, aunque el único que tenía un plan era Yoochun y…
-¡¿Pero qué vamos a hacer?! –preguntaron las tres.
Las hice callar y guardar la compostura, les dije que Yoochun y Yunho estaban ahora mismo hablando con los del grupo contándoles lo mismo que yo a ellas.
-Pasa que mañana es la fiesta del festival… no sé si comprenden qué significa. –Las tres negaron con la cabeza. Bufé sin ganas de continuar hablando. –Yo tengo que ir a la fiesta, no sé en realidad porqué pero Yunho me dijo que iría sí o sí. Como sea, yo nos la voy a dejar solas aquí.
-¿Pero no tenemos que irnos?
-Ay Nyzia, no creo que Max le guste que Daniela se vaya o a Xiah que tú desaparezcas luego de que los vi tan juntitos y…
Paloma carraspeó un poco nerviosa y me pregunté si ella sabría lo que había pasado entre Xiah y mi hermana, moví mi cabeza… concéntrate Belén… -concéntrate…
-No se van a ir, pero vamos a tener que pasearnos muy poco por la casa, ¿sabían que había un ama de llaves? Yo no la vi y…
-Hero me dijo algo acerca de ella, ¿Mimi era su nombre?
-Ajá –le dije yo recordando al nombre que me había dicho Yoochun. –Ella misma, parece que nos vio, o sea yo estaba durmiendo, no sé ustedes.
-Yo también me dormí.
-Y yo.
-Yo igual.
-Bueno entonces queda claro que nadie vio a la señora. Ahora, Yunho me dijo que lo mejor es que nos quedemos aquí hasta mañana, y que luego nos escondamos en…
-¿Esconderse para qué?
-Vendrán unos compañeros del staff de lo chicos.
-¿A qué?
-No sé, a compartir, qué se yo… -también le había hecho la misma pregunta a Yoochun y Yunho que siempre contestaba por él me dijo que era cosa de hombres. Puse los ojos en blanco y pasé al siguiente punto. –La fiesta…
-¿No vamos a poder ir cierto? –preguntó Paloma amurrándose.
-Vamos a ir, por supuesto. Si yo tengo que ir, ustedes van conmigo, aunque hay que camuflarnos…
-¿Quieres decir…?
-Ustedes no serán mis hermanas, -me senté frente a ellas y las miré seria. –Daniela será una ganadora de un premio que viene de Inglaterra. Paloma será su hermana pequeña y Nyzia… -la miré directo a los ojos esperando que no se enojara. –Nyzia tú serás la novia extranjera de Junho.
-¿Qué Nyzia qué? –exclamó Daniela poniéndose de pie. Me tomó de un brazo y me llevó a un rincón de la habitación. –No sé tú, pero yo vi que Junho la miraba raro.
-¿Raro como qué?
-Raro… -repitió ella. –Raro como… como con ojos… con los mismos ojos con que la ve Xiah.
-Son hermanos –le dije pensando que a mi hermana se le había escapado una teja.
-Ay Belén aterriza, la mira con ojos de enamorado también.
-Daniela deja de pasarte rollos –le dije un poco enfadada. No era justo que dos chicos lindos se fijaran en Nyzia, eso no podía ser.
-Es enserio, -me dijo ella con el rostro cruzado por la preocupación. –Yo lo vi con mis propios ojos, aunque no creo que Xiah se haya dado cuenta.
-Los hombres huelen cuando le quieren picar la uva –Le dije. Fruncí el cejo. –Lo siento, pero ése es el plan, no lo podemos cambiar.
Me volví a mi hermana Nyzia que aún no salía de su asombro y le sonreí.
-Nada de qué preocuparse –le dije. –Lo mejor de todo esto, es que llegarán vestidos, nuevos y para nosotras.
-¿Vamos a probarnos vestidos? –preguntó Nyzia levantando la vista un poco más animada.
-Claro, y zapatos y joyas, todas esas cosas aburridas.
-¿Pero que no vendrán los chicos del staff?
-Esta casa tiene dos puertas, querida Paloma –dije sonriendo.
Por lo menos lo del plan lo entendían, la cosa ahora era ver si saldría bien. De eso no estaba tan segura.

16º Capítulo. Libro de Belén /Parte 1


La biblioteca de estos tipos era lo máximo. Juré que cuando tuviera dinero haría una así para mí, con mucho más libros para leer y laptops y una cortina para ver películas y todo eso. Con secciones para cada tipo de libro, por ejemplo, diferenciar las novelas románticas de las criminales o de suspenso. Tener libros de amor puro y otros de aventura, las sagas de libros más reconocidas y por supuesto un estante de muchos metros sólo para mangas. Mi sueño por fin echo realidad.
Cuando Yunho me llevó a donde estaba Yoochun porque quería ver a mi querido amigo –cosa que molestó un poco a Yunho con lo que me sentí muy satisfecha –casi morí al ver a donde se había ido a esconder nuestro pequeño Chunnie.
Parecía cachorro en casa nueva, me movía de aquí para allá (tal vez también moviera la cola como un perrito) miraba todos los libros y contaba los que yo había leído. Amaba leer, era algo que me apasionaba desde que era pequeña y ver tantos libros juntos me hizo preguntarme si tal vez podía mudarme de mi habitación y estar más seguido en este lugar. Me di vueltas por todos los estantes y envidié a los chicos al máximo porque cuando le pregunté a Yoochun si ellos venían a leer me dijo que sólo Jae lo hacía. Yunho me explicó avergonzado que lo suyo era el baile, pero que también venía a leer de vez en cuando, pero que Changmin y Junsu rehuían este lugar como si apestara.
-¿De verdad te gustan los libros? –me preguntó Yunho sin creerme.
-Por supuesto, son el mejor invento del mundo, claro que luego de la música. Obvio.
-Puedes sacar cualquier libro que quieras –me dijo Yoochun. –Pero tiene que estar en el sitio de donde lo sacaste cuando lo termines.
-¿¡En serio?! –pregunté muy alegre.
-Sí –me dijeron ambos.
Sonreí de oreja a oreja y de pronto sentí que mi estómago me mandaba la señal de que quería recibir alimento y rápido.
-Tengo hambre –dije.
-Lo notamos –dijo Yoochun sonriendo. –Pero antes tengo que hablar algo con ustedes.
El rostro de Yoochun cambió radicalmente y se puso muy serio. Nos invitó a tomar asiento en los sillones y luego de un rato en que guardó silencio comenzó a hablar dirigiéndose en especial a mí.
-Supongo, que como pasó cuando te conocimos, aquí el líder no te ha contado nada.
-¿Nada…? –Miré a Yunho el cual se mordió el labio como lo había hecho la vez en que se le olvidó contarme que eran famosos.
-No te dijo porqué llegamos temprano ¿o sí?
-Bueno, me dijo que era porque había llegado Junho… ¿no es por eso?
-Junho fue una excusa –me explico Yunho. –Teníamos que pensar rápido.
-Rápido ¿porqué…?
-Me dijiste que cuando llegaron aquí había fans afuera ¿no? –preguntó Yunho mirándome serio.
-Uh-uh. Y tú muy inteligente me dijiste que saliéramos como chicas normales y luego entráramos a la casa… algo muy loco debo decir.
-Sí, -admitió el líder. –Fue un error, lo sé. Tuvieron que haberse quedado en la Van hasta que llegaran los guardias del vecindario o yo debería haber mandado a alguien no sé…
-El problema es que la prensa ya se enteró y…
Yoochun y Yunho se miraron.
-¿Y…?
-La productora con la que trabajamos nos interrogó. Canceló todo lo que nos quedaba para el día y nos pidió explicaciones.
-¿Qué pasa chicos? Hablen claro, me están asustando…
-Tienen que salir.
-¿Cómo salir?
-Tú no, porque Yunho le mostró tus papeles y el contrato al productor general, pero tus hermanas tienen que irse…
-Pero si no… ¡no las puedo echar!
-Lo sabemos –me dijo Yunho tomándome de la mano. Yoochun observó el gesto pero no le prestó mucha atención a eso. –Por eso es que tenemos un plan.
-¿Plan?
Los chicos estuvieron hablando conmigo durante mucho tiempo, organizamos las cosas y vimos todos los detalles. Cuando terminamos de hablar la luna ya había salido en el cielo y yo me moría de hambre. Pero había cosas más importantes de las que hablar. Cosas, mucho más importantes.
Estaba temblando cuando me reuní con mis hermanas en la pieza. Por lo menos las tres habían comido algo, lo que me alegró y me tranquilizó bastante. Se sentaron el borde de una cama lo más lejos posible de la puerta de entrada, una petición mía porque no quería sobresaltarme si alguien la golpeaba mientras hablábamos.
-¡Belén habla! –me exigió Nyzia impaciente porque terminara todo. La verdad es que la había encontrado muy cerca de Xiah cuando la vi en el living, pero por el momento no iba a preguntar nada de nada si no que me iba a enfocar en lo que se nos venía al día siguiente.
-Si no nos dices ahora, yo me voy –me amenazó Daniela levantándose.
-¡No! –le dije. –No, si es que… esperen si ya les voy a decir, lo que pasa es que no encuentro las palabras…

15º Capítulo. Libro de Paloma /Parte 5


-Esto hay que hacerlo con calma… Shim tiene todo muy bien calculado, sabe cuando las personas le sacan comida. Hay que hacer esto con la mayor delicadeza.
-Ya veo…
-Silencio, hay que concentrarse.
Jae se tiró de boca encima de la cama y miró debajo de ella. Metió los brazos dentro mientras me daba cuenta de que Junho parecía muy perdido con nosotros allí pero entendía lo que Hero hacía. Al parecer no era la primera vez que le robaban la comida a Max. Jae sacó una caja redonda y la depositó en el velador más cercano. Luego con mucho cuidado la abrió y por el aire se extendió un olor dulzón.
-¡Qué rico! –exclamó Jae. –Donas…
Me acerqué despacio y antes de que me sentara vi que Junho también se había acercado a nosotros. Hero abrió la caja roja que había dentro de la caja circular y vi que en fila se formaban más de diez donas de distintos sabores. El olor me llegó directo a la nariz y de ahí a mi estómago. Tenía mucha hambre, mucha… Jae me ofreció una dona y yo medio culpable la tomé. Si a mi me hicieran lo mismo me enojaría mucho con mis hermanas, pero bueno, en este caso a los tres nos mandaba el estómago porque Junho no dudó en tomar una dona y Hero se comió dos de un tirón.
-Sé que no es mucho, pero podemos comérnoslas y luego bajamos para prepararnos algo más casero.
Junho le preguntó algo a Jae y noté como el chico se ponía nervioso con la pregunta. Hero me miró y noté cómo su manzana de adán temblaba.
-Quiere saber porqué no bajamos a prepararnos algo.
-¿Qué le respondiste?
-No lo he hecho.
-Oh.
-¿Qué le digo?
-¿Cómo quieres que sepa?
-Es tu hermana.
-Es tu amigo.
-Es su hermano…
-Es… bueno ya no sé qué viene, pero no me preguntes a mí… tú eres el mayor de los dos, tú sabes.
-¿Me estás diciendo viejo?
-Concéntrate colega –le recordé porque vi como Junho cada vez entrecerraba los ojos más, como si supiera que le ocultábamos algo. –Dile la verdad.
-¿Estás segura?
-No, pero…
-Si no estás segura no des ideas entonces.
-Pues no las pidas –le dije con tono obvio. Hero me echó una mirada de odio y se volvió a Junho. Le dijo algo y el chico asintió un rato y luego se echó en la cama como a pensar porque se quedó con los ojos fijos en el techo.
-Lo deprimiste… malo. –Le dije a Jae.
-No es cierto, -me dijo Jae cerrando la caja ya vacía y volviendo a dejarla en su lugar debajo de la cama. –Le dije la verdad.
-¿Y qué te dijo él? –pregunté muy curiosa.
-Se estiró en la cama ¿Qué no ves?
-Oh, que malo eres, cómo quieres que entienda tu idioma si es muy enredado.
-Yaa, ¿y el tuyo es muy fácil acaso?
-Sí, por supuesto.
-Claro, como no.
Nos quedamos mirando y nos pusimos a reír. Estar así con Hero me hacía sentir muy bien, porque por una parte alejaba los pensamientos de él de que yo podía llegar a ser una pervertida maniática sexual o algo así que yo sabía muy bien que él pensaba. Y por otra parte sentía que llevarnos bien era un muy buen indicio de algo. ¿De qué? No sabía, pero me alegraba de estar así con él.

15º Capítulo. Libro de Paloma /Parte 4


No era exactamente eso lo que esperaba ver cuando bajara por las escaleras, y era raro… muy raro. Cuando yo veía a Belén besarse con sus novios (uno solo para ser exacta) no sentía lo mismo que sentí al ver a Nyzia haciendo lo mismo. En realidad me dieron ganas de separarla de Xiah porque yo sabía que mi hermana se estaba enamorando y nosotras no podíamos quedarnos allí… Belén lo había dicho y yo lo entendía completamente, aunque doliera como caballo el saberlo.
Hero me tomó de la mano y me instó a volver al segundo piso. Asentí sin dejar de mirar la perturbadora escena que se desarrollaba en el living a vista y paciencia de quien quisiera verla. Mi hermana tenía que ser más cuidadosa, mínimo…
-Vamos –me dijo Hero tirando de mi brazo para que siguiera subiendo las escaleras.
-Pero…
-Si tú estuvieras pasando por lo mismo no creo que te gustaría que se te quedaran mirando ¿o sí?
-Bueno…
No podría hilar palabras, menos en otro idioma así que dejé que Hero me llevara al segundo piso tratando con todas mis fuerzas de sacar la imagen de mi hermana con Xiah de la mente.
Entonces Hero dejó de tirarme y nos quedamos de pie en el pasillo. Lo miré y de pronto me imaginé a mí dándole un beso… qué vergüenza Dios…
-Ya sé lo que estás pensando –me dijo.
-¿Qué? Eh, yo, no, para nada… -miré hacia otro lado mientras oía que Hero se reía.
-No te culpo, también pienso lo mismo…
-¿En serio? –mi corazón comenzó a latir muy rápido… Hero estaba pensando lo mismo que yo, o sea, conmigo, o sea, los dos, o sea…
-Aunque todavía no sé con quien… a decir verdad…
Dejé de pensar tanto y sentí la decepción inundándome porque mis pensamientos eran todos dirigidos a mí con Hero y bueno, los de él… ¡con una sombra! Esperaba que en sus sueños la mujer llevara algo para defenderse, porque yo haría lo posible por encontrarla y sacarla de la mente de Jae por los pelos.
-¿Pasó algo? –preguntó apoyándose en la pared con lo que su visión fue más de un ser superior, algo parecido a un ángel… porque no había nada más superior que un ángel ¿o sí? Porque si ese fuera el caso Hero lo era todo.
-No nada, -le dije. –Tengo hambre.
-Ah, cierto… no has comido nada.
-Sí, porque no es que sea glotona o algo así, es que no he comido hace rato y bueno, me está sonando el estómago y…
-Ya entendí –me interrumpió sonriendo.
-Pero no podemos bajar –le dije enfurruñada porque la imagen de Nyzia volvió a mi cabeza.
-No es necesario –me dijo mirando en dirección a la pieza de Xiah. –Shim siempre guarda provisiones de comida bajo la cama. ¿Quieres ir a echar un vistazo?
-Bueno… -no estaba muy segura de lo que iba a hacer, pero accedí sólo para pensar en otra cosa (como qué íbamos a hacer de nuevo encerrados en una habitación) en vez de mantener pegada la imagen de Nyzia en mi cabeza. Me pegué en la frente para sacarla definitivamente cosa que hizo que Jae me mirara como si fuera rara (en eso estaba completamente de acuerdo) y subiera los cejas como pensando que de verdad yo era una loca (lo que también me parecía acertado dado el grado de anormalidad en mi cerebro).
Cuando entramos nos encontramos con otra persona ya adentro, pero que no era ni Max ni Xiah si no que el hermano de éste último. Junho. Wow, el parecido era espeluznante, algo que me erizaba los pelos del brazo y me hacía sentir escalofríos. No sabría cómo Nyzia iría a identificarlos si se acercaban en la noche a hablar con ella… Me imaginé a mí misma con dos Heros… con tres… con cuatro…
-Paloma deja de reírte como tonta –me pidió Hero un poco incómodo. Me miré en el espejo más cercano y me di miedo. Lo único que me faltaba era que me salieran los colmillos y que en mis manos tuviera tenedor y cuchara lista para servirme un cóctel de lindos Jaejoongs en todos los sabores posibles. Tenía que dejar de perturbar a la gente con mi rostro de pervertida o ya veía que Hero salía corriendo de la habitación y se sentaba en un rincón a llorar como bebé, por que yo, la cuca Paloma lo había asustado con un látigo.
-Paloma, lo estás haciendo de nuevo.
-Lo siento –dije agachándome a la manera tradicional japonesa.
-Mm… -dijo Hero mirándome sospechoso sin creer en mis disculpas.
Me presentó al hermano de Xiah el cual me saludó mirándome un poco confuso. Hero me explicó que para él era raro venir a esta casa con tantas mujeres aquí. Es la primera vez que se sentía un poco intimidado, porque había venido veces antes, pero siempre era una casa de chicos y ahora hasta parecía más limpia.
-Eso es obvio, mis hermanas y yo hicimos el aseo.
-¿Qué ustedes qué? –preguntó Hero. Junho lo miró alertado por su tono de voz pero sin entender nada ya que el tipo sólo hablaba coreano. Hero se apresuró a calmarlo y luego se quedó mirándome. -¿Qué hicieron el aseo?
-Sí… limpiamos la mesa, lavamos los platos y ordenamos los zapatos. Las piezas no, por que bueno… eso es algo más personal.
-Uh-uh –dijo mirándome sin convencerse.
-¿Qué pasa?
-¿Y no vieron a Mimi? –preguntó por toda respuesta.
-¿Mimi? –inquirí yo sintiéndome perdida de repente.
-Sí, el ama de llaves. La persona que nos limpia.
-Eh, no… tal vez mis hermanas, lo que es yo, ya lo sabes, me quedé dormida en…
-Ah sí, la pequeña pervertida –dijo sonriendo.
-Oye, no me digas así –le dije con falso enojo.
Hero me tocó la frente con la punta de su dedo y luego, me miró como si estuviera escondiéndose de algo.

15º Capítulo. Libro de Nyzia /Parte 3


Cuando se quedó callado con un gesto de su cabeza me dio a entender que yo también tenía que decir algo, sin importar que él no lo entendiera. Tragué saliva y lo miré directo a los ojos concentrándome en encontrar las correctas palabras para expresarle lo que sentía directamente desde mi alma.
-Yo… -respiré hondo y cerré los ojos unos momentos porque sentía que iba a ponerme a llorar. –Yo, yo creo que eres la persona más maravillosa que he conocido hasta ahora. Llenas mi corazón con sentimientos tan hermosos que apenas puedo creer que existan palabras para confesártelo. Tu voz es como una melodía sin notas, pero hermosa, algo con lo que ni los más sabios han soñado sentir invade mi ser cada vez que te escucho cantar. Quiero conocerte, quiero saber todo de ti, quiero que sepas que yo –puse nuestras manos entrelazadas sobre mi pecho. –Que yo siento que voy a explotar, que sepas que no es un juego, que mi ser reclama al tuyo y que si algún día tenemos que separarnos, nuestras almas y corazones sabrán donde juntarse para vivir felices por la eternidad.
Yo a ese punto no había podido contener las lágrimas y mientras Xiah seguía mirándome con tanta dulzura sentí muchas ganas de abrazarlo, de respirar sobre su piel y de sentirlo junto a mí. Tragué saliva y me sequé la cara con la manga de la polera que llevaba, pero Xiah fue más rápido y me secó las lágrimas él mismo. Entonces soltó mi mano que se quedó en el aire y me acarició mi mejilla mojada.
-My little girl, -dijo. Y sentí que las ganas de llorar volvían. Era un sueño, el hombre que me gustaba (aunque sabía que este sentimiento era más que un gusto) estaba diciéndome cosas lindas, me sonreía a mi antojo, me hacía cariño, me llamaba su pequeña…
-My perfect man, -le dije sin pensar. Agradecí luego que Belén hablara inglés en casa porque por lo menos entendía cosas básicas y podía decir cosas básicas.
Xiah me miró los ojos, luego la mejilla mojada la cual seguía entre su mano y luego los labios. Mi corazón comenzó a latir muy rápido y estaba segura de que hasta él podía oírlo, pero me dio confianza el hecho de que la mano del brazo que me abrazaba comenzara a temblar, algo que decía que él también estaba tan nervioso como yo. Lo miré a los ojos mientras se acercaba poco a poco y con un último aliento juntó su boca a la mía por unos segundos mientras yo cerraba mis ojos llenos de lágrimas otra vez.
Nunca había besado a alguien con tantos sentimientos corriendo por mis venas ni con tantas ganas de detener el tiempo en ese momento. Había visto en películas a miles de actrices besando a sus co-estrellas demostrando lo enamorados que estaban, pero estaba segura de que no era lo mismo. En ese momento Xiah y yo fuimos uno solo y no necesitamos del idioma ni de los gestos para entender que nos gustábamos tanto que ya era imposible que pudiéramos estar separados… nunca más.

15º Capítulo. Libro de Nyzia /Parte 2


Junho cocinaba bien… ¿o era que yo tenía mucha hambre? Como fuera, su comida sabía muy bien, y hubiera tenido más sabor si me hubiera dejado de mirar de esa manera.
Cuando Daniela se levantó dejándome sola con los dos hermanos sentí que era abandonada, que me dejaban al borde de una tabla en medio del mar sobre un montón de tiburones hambrientos que me miraban con baba en la boca… sabía que esto era imposible porque entre tanta agua de mar no iba a ser capaz de distinguir qué era baba y que no, pero bueno… así me sentía.
El brazo de Xiah se sentía muy cálido en mis hombros, en especial porque su otra mano tenía una de la mía mientras me hacía cariño en el dorso. Su perfume era muy rico, masculino y me hacía cosquillas en la nariz. Cada vez que comía él se preocupaba de que la comida no se me cayera de los palillos y me ayudaba a sostenerlos si se me escapaban de la mano. Yo tenía muchas ganas de mirarlo, de notar cada detalle de su rostro, de entender cuál era exactamente la diferencia entre nuestros ojos y de hacerle saber que me gustaba mucho tal cual Daniela lo había hecho con Max.
Vi que Belén bajaba de las escaleras con Yunho abrazándola y me dio rabia no poder estar con Xiah a solas, pero me sentí egoísta al querer que Junho se fuera sabiendo que los hermanos apenas se veían y a mi tampoco me hubiera gustado que me hicieran lo mismo… aunque por Xiah hubiera echado a cualquiera de mis hermanas de donde fuera… en realidad no.
-¡Ah! –exclamó Belén. –Veo que ya estás comiendo…
Noté el doble tono implícito en sus palabras y lo dejé pasar. Gracias al cielo los chicos no sabían nada de español, porque si ese fuera el caso yo ya le hubiera mandado a Belén el plato de comida que tenía por la cabeza.
-Junho lo preparó para mí –le dije.
-Oh, estás bien servida, veo…
-Já, qué chistosa –le dije sarcástica.
Belén se presentó con Junho y me sacó comida con la mano sólo para molestarme sabiendo que yo era un poco conservadora a la hora de comer y no me gustaba que las personas fueran vulgares como lo era ella casi siempre.
-Rico –dijo cuando terminó de comer. –Estás feliz me supongo…
-Belén, lárgate ¿quieres?
Me miró con los ojos entrecerrados como si la hubiera ofendido gravemente y luego me hizo un desprecio. Comenzó a conversar con Yunho de algo y luego ambos desaparecieron detrás de la cocina. Yo sabía que a mi hermana le faltaba un novio y estaba agradecida de que lo hubiera encontrado, pero ahora tenía que dejarme a mí hacer lo mío… lo justo era justo ¿no?
Xiah le dijo algo de pronto a Junho el cual nos quedó mirando a ambos, no pude interpretar nada de lo que su expresión rezaba y me sentí muy rara. En especial cuando luego de hablar otra cosa con su hermano, Junho se levantó cogiendo las cosas de la mesa y desapareció luego dejar las cosas en la cocina escaleras arriba.
Bien, mi mente comenzó a trabajar muy rápido y en menos de dos segundos se me vinieron miles de imágenes a la mente, muchas de las cuales hicieron que mi corazón saltara como loco y que se me pusiera la carne de gallina. Estar a solas con Xiah era bueno, por una parte, porque me gustaba estar con él sin sentir la mirada de otras personas en la habitación, pero por otro lado no era muy cómodo dado que no podíamos hablar de nada.
-Ejem, -carraspeó para llamar mi atención. Había estado mirando el espacio vacío que había dejado Junho a mi lado en el sofá que cuando me di vuelta para ver a Xiah su rostro quedó muy cerca del mío. Él sonrió y me quitó un mechón de pelo que intruso se había colado por mi ojo y me hacía pestañear de más.
Era muy lindo, casi perfecto… ojos orientales muy sexys, aretes en la oreja (no me gustaba eso de los aretes pero a él se le veían muy, muy bien), labios gruesos que ahora estaban estirados en una sonrisa y dientes blancos que más parecían perlas… Me gustaba hablar como poeta al describir sus facciones, me hacía sentir que le estaba diciendo cosas lindas, aunque él no las escuchara.
Xiah aún tenía su brazo en mis hombros, su otra mano entrelazó sus dedos con la mía haciendo que mi mente se fuera otra vez lejos, a la película Titanic y a la escena en que Leo y Kate se tomaban de la mano y comenzaban a jugar con ellas en la punta del barco y… mis pensamientos se detuvieron de pronto por que la sonrisa de Xiah desapareció y sus ojos adoptaron un semblante serio. Yo retrocedí un poco para verlo mejor, para por lo menos notar en qué me había equivocado y comencé a mirar hacia todos lados esperando ver la razón de su enfado, pero él me incitó a que le mirara de nuevo y entonces comenzó a hablar.
Yo no entendía coreano, eso todo el mundo en la casa lo sabía, tampoco entendía el inglés ni el japonés, algo que me frustraba totalmente. Los idiomas en este mundo cada vez más conectado eran algo elemental, pero la verdad es que nunca le había tomado el peso a eso hasta ahora. Pero en el momento en que Xiah comenzó a hablarme, mi alma entendió completamente todo lo que decía. Mis oídos carnales no captaron nada de lo que de su boca salía, pero mi espíritu, mi alma completa se elevó hasta llegar al cielo porque sabía que Xiah me estaba diciendo palabras bonitas, algo que me erizó la piel de manera alarmante y que me hizo tener ganas de gritar de alegría. Xiah subió nuestras manos entrelazadas y besó cada uno de mis dedos sin dejar de hablar en su idioma para luego dirigirme una mirada devastadora que me hizo sentir completamente perdida.

15º Capítulo. Libro de Belén /Parte 1


No iba a gritar… no iba a gritar… no iba a gritar…
-Cálmate –me dijo Yunho a mi lado mientras me tomaba la mano. No sabía si para hacerme sentir más nerviosa o para impedir que avanzara hacia donde estaban Paloma y Jae (ese individuo me las iba a pagar de alguna manera) acostados en la misma cama.
-Belén, -dijo Paloma incorporándose en la cama. –Tanto tiempo.
-No seas payasa ¿quieres? –le espeté. Yunho apretó mi mano alertado por mi tono y traté de contar hasta diez.
-Oh, bravo Yunho, la has domado –dijo Jae satisfecho.
-No le eches más leña al fuego Jae, además tú tampoco estás libre…
-Exacto. Paloma, ven.
-¿Qué… qué me vas a hacer? –me preguntó con miedo, pero luego resultó que estaba siendo insolente. –Yo hago lo que se me pegue la gana.
-¿Ah sí? –le pregunté. Avancé unos pasos pero la mano de Yunho no me dejó ir más allá del umbral de la puerta.
-Me lo prometiste.
-Porque me lo ordenaste –le dije enojada recordando el grito que me había mandado en el subterráneo.
-Tienes que cumplir con tu palabra.
-¿Pero que no ves lo que han hecho?
-La verdad es que no, -me dijo. -¿Acaso tú sabes lo que ellos han hecho?
-Bueno… pues… -me volví rápidamente hacia Paloma y la miré ya sin tanta rabia. -¿Qué estaban haciendo?
-¿Quieres la verdad? –me preguntó Paloma poniéndose de pie. Vi que Jae también se levantaba de la cama y se ponía a su lado. Eso no me gustó para nada.
-Sí, la verdad.
Entonces Jae le dijo algo a Paloma en japonés a lo que ella respondió encogiéndose de hombros. La manó de Yunho se tensó y me hizo retroceder.
-¿Qué pasa? –Inquirí -¿Qué le dijo?
Yunho miró hacia otro lado incómodo.
-Estábamos jugando –me dijo Jae. El tipo estaba delante de Paloma como si yo fuese a pegarle a mi hermana o algo. No iba a caer tan bajo, no luego de saber lo que Yunho pensaba de mí… tenía que controlarme… por el bien de mi hermana y de mi imagen exterior… tenía que controlarme.
-¿Jugando… a qué? –pregunté apenas sintiendo que la garganta se me cerraba.
-Se hicieron cosquillas –respondió Yunho a mi lado.
-¿Ah? –pregunté.
Y de repente me vino una enorme e inesperada envidia contra mi hermana pequeña. Ella se había hecho cosquillas con Jae y yo también quería hacerle cosquillas a Yunho y verlo sonreír y que no siempre fuera él el único cuerdo de los dos, y estar a su lado… ¿qué estaba pensando? Suspiré dentro de mi mente, hacia mucho tiempo que no negaba mis propios sentimientos, siempre acostumbrada a decirme a mí misma que el chico en el que pensaba demás no me gustaba para así sacármelo de la cabeza, pero ahora… ahora era diferente. Lo sentía.
-¿Qué te pasa? –preguntó Jae con notables ganas de que yo perdiera los estribos. -¿No sabes si gritar, patalear o tirarte de una ventana?
-Jae –lo detuvo Yunho. –No empieces.
-No es eso –le dije a Jae sin rabia alguna. –Es que… -Miré a Yunho y sentí que me ponía muy roja. –Es sólo que…
-Habla, niña. –me dijo Jae.
-Es sólo que… bueno. –Miré hacia otro lado y suspiré dándome valor para decir lo que quería decir, pero no fue necesario porque Yunho tosió y también miró hacia otro lado con lo que me di cuenta de que había entendido mi punto.
La verdad es que yo también quería estar así con Yunho… esperaba que hubiera entendido eso. Me recompuse y respiré hondo.
-Vámonos –le dije al líder. –Tengo hambre.
Me di la media vuelta para irme pero Paloma me llamó.
-¿No vas a retarme? –preguntó.
-¿Sabes? Creo que tienes razón. –Le dije sonriendo luego de pensarlo mejor. –Yo no soy tu madre así que haz lo que creas que está correcto.
Y me fui. Caminé unos pasos hasta que sentí a Yunho rodeándome con sus brazos y que de pronto me besaba la cabeza. Ser buena hermana tenía sus recompensas y eso me encantaba.

14º Capítulo. Libro de Daniela/Parte 5


-Diferente –le dije para no tener que mentirle. Max se quedó con la vista fija en mí esperando algo más pero yo antes de responder me llevé de nuevo la cuchara a la boca y con todas mis fuerzas le sonreí. Entonces él también sonrió de oreja a oreja y comió de su pote de sopa.
Rogué para que lo otro que hubiera cocinado no estuviera tan mezclado, pero a la vista, el contenido de los paltos tampoco era muy alentador. Casi cuando estaba por terminar la sopa (le pediría explícitamente a Belén que ella nos cocinara) Max carraspeó para llamar mi atención y antes de que me llevara la penúltima cucharada se quedó mirándome de manera muy intrusa que me hizo pensar que lo que me preguntaría no era muy cómodo.
-Ejem, –volvió a carraspear. –Esto…
-¿Sí? –pregunté un poco aliviada de dejar la cuchara de vuelta en el pote.
-Tú, esto… ¿tú has tenido, ya sabes… novio?
Tal vez para él y su rara cultura esa fuera una pregunta muy personal, pero para mí no lo fue en lo absoluto por lo que tomé la cuchara y me llevé sopa a la boca, era mejor acabar con el suplicio de una vez por todas.
-Sí, -le dije después de la última cucharada mientras él no se había vuelto a mover y había seguido todos mis movimientos. –Sólo uno…
-Ah, -Max se levantó y recogió los potes de la sopa dejándolos en el lavaplatos. Luego de eso volvió a sentarse y continuó mirándome de manera nerviosa.
-¿Cuánto tiempo duraste con él?
-¿Por qué quieres saber? –le pregunté yo a cambio.
Max se rió nervioso y se estiró hacia atrás en el asiento de la cocina. Comenzó a servirse de los platos y se llevó una gran cantidad de vegetales con arroz a la boca. Yo me quedé mirándolo seria tal y como lo había hecho él antes esperando a que me respondiera. Max tragó lo que tenía en la boca y se la limpió con la servilleta para luego mirarme serio, cosa que me dio dolor de estómago.
-Quiero saber cuanto duraste con él, por saber cosas…
-Ah, -le dije entrecerrando los ojos aun sin entender su punto. –Duré alrededor de cuatro meses, más o menos… sí… eso.
-¿Cuatro meses? –preguntó.
-Uh-uh –le dije un poco harta. -¿Podrías decirme para qué…?
-Yo nunca he tenido novia.
-Oh.
-Bueno, entré a esto cuando tenía catorce años, ya no tengo tiempo para eso.
-Ya veo –dije un poco nerviosa. Tomé los palillos y comencé a comer del arroz (que no estaba tan mal) y con recelo tomé un poco de lo que había en el plato más cercano a mí. -¿Estás arrepentido? –le pregunté.
-No es eso –me dijo tomando un poco de jugo. –Tal vez es sólo que bueno… no te vayas a reír ¿ok?
-Claro –le dije sin evitar sonreír. –Lo siento.
-Es que, mira, el otro día prendí la televisión, antes de que tu hermana llegara y dejara todo un poco desordenado en nuestras vidas y todo eso, estaba esperando ver un programa que me gusta mucho de aquí que dan en la mañana y cambiando los canales me quedé viendo Disney.
Casi escupo lo que tenía en la boca. No podía imaginarme a Max, ese chico tan sexy frente a mí que bailaba y cantaba demasiado bien… viendo Disney. Eso era algo totalmente digno de mi hermana Nyzia, pero ¿él?
-Lo siento –me disculpé. –Es sólo que…
-Sí, lo sé. Jae me dice que soy una chica si veo Disney, pero es que no había nada más en la televisión y como sólo quedaban unos minutos, como sea, me puse a ver Hanna Montana y bueno…
-Ah, -dije comprendiendo las cosas. -¿Te gustaría ser normal?
-No sé si tan normal, pero bueno, sí, un poco menos público.
-Te entiendo –Max me miró con el cejo fruncido. –Bueno, la verdad es que no te entiendo, porque yo no soy famosa y eso, pero… -me mordí el labio porque no sabía qué decirle.
-Por eso me gusta estar contigo –dijo de pronto.
Oh, de nuevo directo…
-Eres normal, no tienes que escapar de las fans ni nada por el estilo, no tienes que contar tu vida privada en todos los programas y haces lo que te dé la gana… comes lo que quieres…
-Esa es la parte que más te duele ¿no? –pregunté en broma. Max me miró y soltó la risa.
-Claro, lo peor es que te digan gordo…
Ambos nos reímos un rato y cuando guardamos silencio nos quedamos mirando creo que sin pestañear.
-Come –me dijo. –Te estás poniendo pálida.
-No es por eso –le dije.
-¿Entonces?
-Es que me quedé pensando qué sería vivir contigo para siempre.
No lo pensé, sólo lo dije y no me arrepiento, porque había sido la verdad, Mientras nos reíamos me lo imaginé conmigo por las calles, abrazados y tomados de la mano, comprando en las tiendas y verlo dormir a mi lado… Y todo eso me trajo a la mente de que no estaría con mis hermanas, lo que me produjo un dolor en el pecho que me hizo sentir mal.
-No lo tomes en serio –le dije al ver que Max estaba mirándome como si yo le hubiera dicho una noticia terrible. –Fue sólo un comentario.
Max no me habló si no que siguió comiendo como si nada. Me dio un poco de miedo de que a lo mejor había ido muy lejos con mi comentario, pero luego de un rato Max me preguntó acerca de lo que yo hacía en Chile y la conversación retornó a ser algo más impersonal, lo que me pareció raro, pero mucho más cómodo.

14º Capítulo. Libro de Daniela/Parte 4


Libro de Daniela.

No le presté ninguna atención al hecho de que Belén subiera con U-Know al segundo piso donde seguramente Paloma estaba con Hero, aunque me preocupó un poco el hecho de que estuviera gritando como loca. Pero bueno, ya no iba a meterme en esos temas y menos cuando sabía que a Belén la abandonaba toda la cordura en momentos como estos.
-¿Quieres que preparemos algo para comer? –me preguntó Max llamando mi atención porque sin querer seguía mirando hacia la escalera por donde mi hermana mayor y el líder habían desaparecido.
-¿Eh? –me volví hacia él muy desorientada y me fijé en que Nyzia comía de lo que el Junho le había traído mientras Xiah la seguía abrazando sin darse cuenta de la manera en que su hermano miraba a mi hermana. Lo mejor era salir de allí ahora, porque si surgía alguna pelea o algo parecido yo no quería verme involucrada en algo como eso. Miré a Max y asentí. Nos levantamos y fuimos directo a la cocina. Me pregunté dónde se habría metido Micky porque hace un rato que ya no lo veía. Le pregunté a Max mientras él sacaba cosas del refrigerador si tenía alguna idea de donde podía estar su compañero y me quedó mirando muy raro.
-¿Por qué preguntas por Yoochun? –inquirió con aire sospechoso. No podía creer que estuviera celoso de nuevo, pero entendía su posición y sólo le sonreí aunque me dieron ganas de burlarme de su desconfianza.
-Nada, es sólo que no lo he visto –le respondí pasando a su lado revisando qué pensaba cocinar.
-¿Y lo extrañas? –preguntó con voz temblorosa.
-No, -le dije perdiendo la paciencia. –Ya te dije, es sólo que no lo he visto.
-Ah, -se quedó un rato mirándome y luego me señaló que me sentara en uno de los tantos pisos que había en la cocina. –Sé que no sabes cocinar, así que puedes ver a un experto.
Me reí de su comentario e hice como me pidió. Me quedé callada mientras se movía de un lugar a otro cortando, friendo y sazonando alimentos que no identifiqué para nada.
-¿Eso es cebolla? –le pregunté. Él miró lo que había servido en un pote y negó con la cabeza.
-No, son dientes de león… ¿no te gustan?
Iba a decirle que no, que los odiaba, que las cosas nuevas no eran especialmente algo que me gustara probar, pero viendo cómo se había esforzado no pude hacerlo, en cambio le sonreí y le hice un geto displicente con la mano.
-Continúa cocinando Changmin, -le dije. A Max se le iluminó la cara cuando oyó su nombre y comenzó a trabajar con más ahínco.
Me quedé mirándolo fijo mientras cocinaba. Era alto, de pelo negro (ahora, porque lo había visto con todos los looks posibles) y usaba aros en las dos orejas cosas que encontré muy sexy. No es que no lo encontrara ya de por sí un hombre muy atrayente, si no que los aros le daban ese no sé qué que me hacía sentirme muy orgullosa de que se hubiera fijado en mí. Cuando movía las manos al cortar lo hacía de manera cuidadosa lo que me hizo desear que me hiciera cariño, algo que de seguro me sonrojó porque Max de pronto dejó de cortar vegetales y se quedó mirándome muy atento.
-¿Te pasa algo? –preguntó preocupado, cosa que no hizo que mi sonrojo desapareciera si no que lo acentuó más.
-Nada –le mentí. –Tal vez es el calor de la cocina, no sé.
-¿Abro la ventana?
-Por favor –le pedí.
Max la abrió rápidamente y siguió con lo suyo. Sirvió dos potes más con comida y me dio uno que contenía arroz y otro con sopa. Ups, no me gustaba la sopa para nada, menos cuando encima se veían miles y miles de vegetales listos para atacar mi lengua haciendo que sintiera ganas de vomitar… ¿qué hacer? No podía desperdiciar la comida que él me había hecho, más que mal, la cocinó para mí a sabiendas de que no había comido nada desde el desayuno.
-Itadakimasu. -dijo juntando las manos sobre la comida. Me miró y esperó a que hiciera lo mismo.
-Itadakimasu. –Dije sonriendo tan falso que pensé que se daría cuenta mientras también ponía mis manos juntas sobre la comida.
Miré la sopa y la cuchara que había al lado y me armé de valor para tomar un poco de la sopa sobre ella y luego de soplarla llevármela a la boca sin respirar. Max me observó durante todo ese proceso que duró menos de un segundo, pero que a mi me pareció un minuto entero, no podía poner cara de asco enfrente de él, pero la sopa de verdad que para mi gusto no estaba nada de bien. Era como sentir miles de cosas en la boca que se movían mientras mi lengua trataba de echarlas rápidamente hacia el esófago y todas con sabores diferentes.
-¿Y…? –preguntó ansioso. Lo miré mientras tragaba y luego por inercia llevaba la cuchara de nuevo hacia la sopa y sacaba más de ella.

14º Capítulo. Libro de Nyzia /Parte 3


Tener a dos Xiahs a mi lado era un sueño. Los dos iguales, ambos muy atentos conmigo y por sobre todo hermosos.
Cuando me di cuenta de que había confundido a Xiah con su hermano me puse roja como tomate y traté de alejarme del chico sólo para que Xiah supiera que lo prefería a él y no a su hermano… algo de lo que no estaba segura, porque la verdad es que entre un chico normal muy lindo y otro famoso y también lindo mi ser reclamaba por quedarme con el chico normal porque así era yo. Me gustaba salir de lo común y yo sabía que el común de las chicas elegiría a alguien famoso como lo era Xiah, entonces yo me iría contenta con su hermano. Pero sabía que este caso no era así, pues a mí me gustaba Xiah no su hermano por lo tanto me iba a quedar con la segunda opción: chico famoso, lindo al que parecía gustarle.
No veía a mis hermanas por ninguna parte, por lo que estaba sola entre dos de los chicos más lindos que había visto en la vida.
Xiah se sentó a la derecha y Junho (que así se llamaba su hermano gemelo… ¿ya había dicho que eran iguales?) a mi izquierda por lo que no tenía por donde escaparme. Xiah me sonrió y me hizo saber que le gustaban mis mejillas rojas, señal de que estaba recién despierta. Luego Junho le preguntó algo que no había manera de que entendiera y se pusieron a hablar mientras yo los miraba. Junho tenía la voz más ronca que Xiah, aún así no me dejó de gustar la voz de Junsu por que me encantaba como hablaba (aunque Paloma dijera que tenía voz de chica). Hablaron durante varios minutos hasta que oímos un pequeño rugido que (me dio vergüenza) venía de mi estómago. Claro, no comíamos desde la mañana y bueno, la verdad, no podía estar sin alimento tanto tiempo… bueno, nadie podía estar tanto tiempo sin comer.
Los dos dejaron de hablar y me miraron al mismo tiempo. Sentí que mis mejillas se sonrojaban y de pronto me faltó el aire de manera alarmante. Xiah se acercó a mí y me señaló la boca y luego la cocina; Junho nos miraba sin comprender lo que su hermano me estaba haciendo. Miré a Xiah y sonreí un poco avergonzada mientras le decía que no con las manos.
-No need –le dije. Junho entonces se levantó y fue a la cocina de todas maneras. Fue entonces cuando vi que Daniela aparecía desde el fondo de la casa con Max el cuál venía muy sonriente lo que me pareció muy sospechoso.
-¡Ah! –me dijo mirando a Xiah y luego a mí mientras se sentaba frente a nosotros. –Veo que ya supiste la última.
-Sí… -le dije sintiéndome mal un poco porque ella sabía antes que yo lo de Xiah y su hermano. –A propósito ¿dónde estabas?
Daniela se rió nerviosa y se puso roja lo que hizo que Max frunciera el cejo de seguro tratando de adivinar lo que estábamos conversando.
-Se enojó porque besé a Junho en la mejilla –me dijo como si nada. Y fue entonces que sentí como un fuego recorriéndome todo el ser que me hizo sentir muy rara y con ganas de ponerme frente a Daniela y gritarle algo… cosa que obvio contuve con todas mis fuerzas.
-¿Lo besaste? –pregunté apenas.
-Sí, pero no tienes porqué ponerte celosa –dijo con ese tono que me cargaba porque te hacía sentir que sabía lo que estaba pasando dentro de ti. La miré con desprecio.
-No son celos, es sólo… ¿qué no te acordaste que ellos son súper fríos? Un beso en la mejilla, pues… pues es un beso…
-Sí, si por eso fue que Max se enojó.
-Con razón –le dije asintiendo mientras Xiah y Max nos miraban atentos. Me dio risa porque aunque lo intentaran no entenderían nada de lo que dijéramos, como tampoco había forma de que nosotras entendiéramos el coreano. –Qué desubicada Diri.
-Nada que ver –dijo ella cruzándose de piernas mientras dejaba que Max le pasara el brazo por la espalda cosa que Xiah notó. Me dio risa ver que me miraba y yo le ponía cara de duda… aunque ya sabía lo que quería no se lo iba a hacer tan fácil. Daniela le dijo algo en inglés a lo que Xiah asintió ansioso, entonces dijo.
-Tell her ¿Me dejas pasar mi brazo por tus hombros?
-¡Diri! –le dije. Xiah sonrió y me miró.
-¿Me dejarw paser mo barazo por tus hombres? –no pude evitar sentir deseos de abrazarlo al ver que se esforzaba por hablar en español.
Le sonreí y asentí con la cabeza. Casi al mismo tiempo en que Xiah pasaba su brazo por mis hombros (cosa que no pensé se sentiría tan dulce) vi que Junho salía por la cocina con una bandeja de comida y se oía un grito desde el segundo piso.
Vi a Junho mirándome inmóvil mientras Xiah le sonreía como si no entendiera que la expresión de su hermano no era de alegría. Vi también que Max y Daniela miraban hacia el techo tratando de adivinar de donde había venido el grito y luego vi que Belén y U-Know salían desde el subterráneo y subían corriendo la escalera hacia arriba.
Si lo que suponía era cierto, primero: Junho estaba enojado. Segundo la persona que había gritado no podía ser otra que Paloma y tercero, Belén iba a ir a verla y sabía que mi hermana pequeña no estaba sola.
Acababan de empezar lo problemas en la casa.

14º Capítulo. Libro de Paloma /Parte 2


-¿Cas-castigo…? –pregunté apenas mientras Hero me respiraba más fuerte en la cara.
-¿Tienes miedo? –preguntó de forma malvada. –Qué bueno, eso es exactamente lo que quiero que sientas.
-¿De qué hablas…?
-Silencio –me dijo. Entonces lo vi sonriendo y pasando una mano por encima de mí y me aprisionó un brazo. Oh-oh, esto no se veía nada de bien. Estaba muy asustada y quería salir de ahí, además ver a Hero actuando de esa forma sabía que iba a dejar un trauma en mí. Fue así que sentí que una de sus manos iba directo a mi axila y…
-¡No me hagas cosquillas! –le dije tratando de salirme de la cama sin parar de reír. Era horrible la sensación de sentir que te hacían cosquillas pero que no tenías las fuerzas para zafarte de la persona que te las hacía.
-¡Sufrirás el castigo supremo de Jaejoong 2.0! –gritó mientras se acomodaba para poder hacerme más cosquillas. Entonces mi mente híper rápida me dijo que esta era una muy buena idea para que yo pudiera hacerle cosquillas también y de paso palpar su perfecto cuerpo y…
-¡Vemos que señorita Paloma también tiene sus armas! –dijo apenas mientras también se reía.
-¡Por supuesto! –le dije moviéndome como pude para sacar su mano de debajo de mi brazo y hacerle cosquillas en el cuello.
-¡No! ¡El cuello no! ¡Por favor! –me rogó quedándose quieto de pronto.
-Oh, ya veo, he encontrado el punto débil de Don Hero –dije con tono de victoria. Hero parecía muy indefenso debajo de mi mano y sonreía mientras apenas se movía.
-Por favor, -suplicó sin dejar de poder reírse lo que hacía que mi mano se moviera bajo su cuello –Por favor… me rindo.
-¿Seguro? –pregunté sonriendo también aunque sin dejar mi papel de vencedora.
-Sí, lo que digas pero sí… saca tu mano de mi cuello…
-Entonces… -declaré y dejé su cuello libre.
Fue un error, Hero se incorporó y me atrapó por la espalda dejando sus dos manos bajo mis axilas y yo me quedé helada, una porque mi cuerpo se estremeció ante el contacto y otra porque me dieron muchas ganas de reírme, las axilas eran mi punto débil…
-Ahora sufrirás las consecuencias de tus actos, pequeña.
-¿Ac-actos? –inquirí a punto de perderme en la risa.
-Espiarme no es legal en este país, has violado mi ser y…
-¡Oye nada que ver! –le dije apenas, sus manos habían empezado a moverse y yo estaba a punto de ponerme a dar patadas para que me liberara.
-Además cuando entras a tu pieza lo menos que esperas es que una adolescente esté durmiendo en tú cama.
-Yo-yo no sabía que era tu cama –dije. Bueno de saber saber no sabía, pero tenía una vaga idea, algo que no le iba a decir por supuesto.
-Ahora lo sabes pequeña intrusa –dijo con teatral tono. –¡¡Caerás bajo mi poder!!
Y comenzó un momento de tortura máxima para mí. Es que no era justo que estuviera haciéndome cosquillas sabiendo que yo apenas tenía fuerza para levantar mi propio trasero. Quise soltarme y grité muy fuerte le pegué muchas veces pero ambos nos reíamos mucho y entre cosquillas y cosquillas no nos dimos cuenta de que la puerta se había abierto y alguien nos miraba a través de ella.
Cuando paramos de reírnos y yo me estiré exhausta en el cama y Hero a mi lado también mientras respirábamos muy rápido, oímos el carraspeo que nos avisó de que habíamos sido descubiertos. Aunque nunca pensé que la persona que nos vio reaccionara de esa manera.
Nunca ni en un millón de años.

14º Capítulo. Libro de Paloma /Parte 1


Libro de Paloma.

Hero me estaba abrigando con una manta, me di cuenta de esto porque hace más de cinco minutos que había despertado. Justo cuando el chico más lindo que yo había visto en el mundo entraba en la habitación de puntillas para no despertarme… qué considerado. Me había quedado dormida y ahora estaba acostada en una de las camas de la pieza mientras Hero Jaejoong me tapaba con cuidado desde mis hombros hasta los pies.
Quise decirle que ya estaba despierta, que era mejor que bajara porque si Belén me pillaba en esto me iba a llegar EL reto de mi vida, pero también quería quedarme con él en su pieza. Oí a Hero sentarse en la cama de al lado y acostarse también. Creo que aguanté la respiración en ese momento pues me lo imaginé durmiendo e indefenso. No es que fuera una loca maniática ni nada por el estilo, pero es que ver a un chico durmiendo es una experiencia que nunca había vivido en persona (pero que había visto en varios doramas) y quería sentir eso en el estómago de ver al chico que te gusta tan inocente como es cuando las personas duermen. Claro que había visto fotografías de Hero durmiendo, pero no creo que hayan sido cuando de verdad estaba durmiendo, o sea, por lo que yo había escuchado el tipo este dormía con cara de dolor y hacía muecas mientras estaba en los brazos de Morfeo, así que si en las fotos en Internet parecía ángel, entonces todas eran falsas.
Esperé unos segundos antes de abrir los ojos porque tenía que asegurarme de que mi víctima de había dormido antes de ponerme en movimiento. Sentí que mi corazón se aceleraba con cada segundo que pasaba y me ponía muy nerviosa. En mi mente tenía la imagen de un Hero durmiendo tranquilo que luego cambiaba su expresión a pánico por que me veía a mí con cuerdas para atarlo y hacerlo mi esclavo y esas cosas mientras me reía malvadamente con las manos en el aire de manera cruel. Estuve a punto de reírme de verdad ante este pensamiento y me apreté los labios para no hacerlo.
Abrí un ojo, el que más lejos y escondido estaba de Hero y comencé a moverlo (me imaginé que mi ojo parecía el de Ojoloco Moody de Harry Potter) para inspeccionar el área por si alguien estaba cerca lo que no parecía necesario pues sabía que en la pieza sólo estábamos Hero y yo. Entonces me moví un poco para saber si Hero estaba durmiendo de verdad. Si el chico de verdad estaba inconsciente no se movería, en cambio si estaba despierto abriría los ojos o se movería para ver qué hacía yo. Me fijé muy disimulada en él y lo vi tan inmóvil como antes. Perfecto, mi plan estaba saliendo a las mil maravillas. Entonces con mucho cuidado saqué la manta que Hero me había puesto y la doblé a mi lado; bajé mis pies y hasta que toqué el piso estuve con mis ojos muy fijos en Jaejoong por si se movía o me sorprendía a mí despierta.
Me levanté de la cama y me acerqué muy despacio a él para terminar agachada a su lado mirando cada parte de su rostro tratando de recordar cada detalle. Me hubiera gustado tener una canción de fondo que le diera sentimiento a la escena porque así vivirla a secas era muy deprimente y me hacía sentir una completa intrusa. Es más, luego de un rato encontré que lo que estaba haciendo violaba las reglas de privacidad de una persona y me sentí realmente mal de estar invadiendo tan groseramente la de Hero. Suspiré y agaché la vista para dejar de mirarlo y darme fuerzas para salir de la habitación. Me iba a poner en pie cuando subí la vista para darle una última mirada y lo vi con los ojos abiertos fijos en mí.
-¡Ahh! –grité del susto.
Perdí el equilibrio y me balanceé peligrosa hacia atrás mientras sentía cómo mis mejillas se iban tiñendo de rojo. Cuando ya estaba a punto de caerme y veía que el borde de la cama iba a golpear muy fuerte mi nuca sentí que Hero me sostenía el brazo para que dejara de moverme.
-Cuidado –me dijo.
Tragué saliva sin valía para hacerle frente y mirarlo a la cara: entonces sucedió que Hero se movió de tal forma que quedó justo frente a mí mientras su cuerpo estaba boca abajo. Sentí su respiración en mi cara y sentí las ganas de tirar su dióxido de carbono lejos de mi ser como ocurría cuando sentía el aire ajeno en mi rostro, pero pensé que era Hero, por Dios, no iba a dejar pasar la oportunidad de oler lo que fuera que emanara de él y por eso fue que abrí mis fosas nasales y aspiré todo lo que de él me llegara. La cosa fue que no pensé en que nunca había hecho algo así por lo que me atoré y le tosí en la cara.
-Ups –dije sonriendo con miedo mientras Hero cerraba los ojos. Estiré la mano y le limpié la cara con mis dedos. –Lo siento, -me disculpé. –Es sólo que…
Hero entonces me jaló tan fuerte que me levanté y de pronto quedé en la cama con él. Oh no, esto no estaba pasándome a mí… ¡tenía 15 años! ¿Era mi imaginación o Hero se estaba moviendo a mi lado y…?
-Nadie me había escupido en la cara como tú –dijo serio mientras ponía su rostro otra vez muy cerca del mío. –Y por eso vas a recibir un castigo.
Hablaba tan serio que de verdad me dieron ganas de llorar y deseé que Belén entrara en ese momento y le dijera a Hero… bueno que le dijera cualquier cosa con tal de poder salir corriendo de esa habitación a la que prometí no volver a entrar a menos que fuera algo de vida o muerte.