lunes, 19 de octubre de 2009

19º Capítulo. Libro de Paloma


Libro de Paloma.

Jun no se cansaba de hablar conmigo y eso me tenía en las nubes. Tampoco tenía reparo en presentarme a sus amistades ni a los otros miembros de Arashi, cosa que en más de una ocasión hizo que me mordiera los labios para no gritar (porque de seguro lo espantaba de una). Además, las cosas estaban mucho mejor que cuando habíamos llegado, en la mesa para seis personas estaban sentados Oguri Shun, Maki Horikita y mi dulce y más linda cantante Otsuka Ai… no podía dejar de sonreír, aunque en mi interior algo me dijera que me faltaba algo porque no estaba plenamente feliz, pero ese molesto sentimiento desapareció tan pronto como llegó cuando Otsuka Ai me invitó a su concierto al día siguiente.
-¿De verdad? –le pregunté porque pensé que no había oído muy bien.
-Sí, y puedes llevar a alguien si quieres –me dijo sonriendo.
Qué linda era, y su voz al hablar era tan clara como cuando cantaba y no podía aguantar las ganas de estar ya en su concierto.
-¿Y qué canciones vas a cantar? –le pregunté. Ella sonrió y se tomó las manos encima de la mesa.
-Eso es sorpresa… -Yo hice un mohín, pero luego sonreí porque no era posible que estuviera enojada luego de tener a mis artistas favoritos sentados en la misma mesa que yo. Eso no se podía… De nuevo sentí ese molesto cosquilleo que me decía que para ser completamente feliz me faltaba algo que no estaba en la mesa, pero como la vez anterior, lo deseché rápido. No era posible que deseara algo más si lo único que quería era estar con mis estrellas japonesas preferidas sentadas en la misma mesa que yo.
-¿A sí que venías con Tohoshinki? –me preguntó Maki.
-Sí, mi hermana se ganó un premio y yo la acompañé.
-Wow… ¿y hasta en Inglaterra los conocen?
-M. –le dije.
-¿Y a ti te gustan?
-Claro –le contesté. Maki me sonrió y se llevó a la boca un poco de comida, iba a imitarla, porque lo que me habían servido estaba muy rico pero noté que Shun me miraba sin pestañear. -¿Pasa algo?
-Te llaman –me dijo.
-¿Eh?
Shun entonces apuntó detrás de mí y yo me volví esperando si no ver a una de mis hermanas o a alguno de los chicos, pero quien me llamaba era Jae y no entendí porque no se había acercado a conversar directamente conmigo.
-¿Vas a ir? –me preguntó Jun mirando paulatinamente a Jae y luego a mí.
-No. Creo que me está molestando solamente.
-¿Jaejoong te molesta? –preguntó Maki sorprendida.
-Ejem, no es eso –respondí rápidamente. –Es sólo que no creo que tenga nada importante que decirme.
-Pero te sigue llamando –me dijo Shun.
No quise mirar hacia atrás, pero percibía muy bien la intensa mirada de Jae a mis espaldas.
-Deberías ir, -me aconsejó Otsuka Ai. –Si te está llamando es por algo.
Claro que sí, era sólo para arruinarme la noche dado que no le había prestado la más mínima atención desde que me habló por última vez en la limosina. Miré a cada uno de los presentes sentados en la mesa y no quise levantarme de allí nunca más. Aunque al día siguiente estaba invitada al concierto de Otsuka Ai, y Jun me había prometido que me escribiría a mi mail, y Maki me dijo que me mandaría un DVD con su último dorama y Oguri Shun me prometiera una foto antes de que se terminara la velada, no quería ponerme de pie y separarme de ese grupo maravilloso de personas con las que estaba conversando alegremente. Jae me las iba a pagar.
-Bueno, -escuché que decía una conocida voz a mis espaldas. –Veo que con la vista no entiendes.
-Si ya me estaba levantando –le dije arrugando la cara. –Espera sólo un momento.
Me despedí de cada uno de los presentes, poniendo especial cuidado en Jun y en Otsuka Ai.
-Espero verte mañana –me dijo ella cuando me despedí. –Sólo di tu nombre en la entrada y ellos te dejarán pasar.
-Nos vemos allí –dijo también Jun.
-Paloma… -me llamó Jae fastidiado.
-Si ya voy.
Miré de reojo al chico y entonces se me ocurrió una manera de vengarme aunque no era la que había pensado. Le presenté a cada uno de los que estaba conmigo en la mesa y él tuvo que quedarse unos minutos más ya que primero se disculpó por ser tan poco cortés y luego respondió a las usuales preguntas entre las estrellas… (Como si yo supiera cuáles eran las usuales preguntas que se hacían entre ellos). Cuando terminó de conversar, luego de más de quince minutos, nos despedimos definitivamente de las personas y fue entonces que me llevó volando fuera de la vista de todos los que habían asistido a la fiesta.
-¡¿Se puede saber qué pasa contigo?! –le espeté.
Hero no se detuvo para contestarme si no que se limitó a tomarme más fuerte de la mano y a caminar más rápido. Entonces vi pasar a Daniela con Max de la mano, ambos muy rojos, los cuales no nos tomaron la más mínima atención cuando caminamos a menos de 50 centímetros de ellos. Puaj, enamorados, me dieron ganas de vomitar y agradecí que se fueran tan rápido de mi vista. Entonces cuando Hero dobló a por una esquina vi a mi hermana Nyzia c0n un pañuelo cubriéndole la mano mientras conversaba no muy alegre con Kingone. Iba a acercarme a ella, pero Hero me hizo pasar por otro lado por lo que mi hermana no me vio. ¿Qué habría pasado entre Nyzia y Xiah?
-No preguntes –me dijo Jae sin mirarme. –Yo no lo sé.
-No he preguntado nada.
-Sólo basta mirarte la cara.
-Tú siempre crees que sabes todo… -le dije enojada.
No me contestó y siguió caminando cosa que me hizo ponerme nerviosa de pronto. Ya no sentía esa sensación de vacío y cuando comprendí que era porque Jae estaba conmigo no entendí mucho. Él estaba enojado conmigo o eso me había hecho creer en la limosina al decirme todas esas cosas pesadas, además no me había hablado en toda la noche aunque sólo hubieran pasado tres horas desde que habíamos llegado al salón de la fiesta y más encima ahora me hablaba igual de pesado que antes. Me hizo caminar por otro pasillo en donde no se veía mucha gente como en los otros pero tampoco estaba tan vacío. Los japoneses que estaban por esos lugares no nos prestaron mayor atención y sólo me asusté cuando vi a Belén pasar muy feliz tomada de la mano del líder lo que me dio mala espina. No entendía qué les había hecho la fiesta a mis hermanas. Bueno aunque lo de Daniela era de esperar, lo de Nyzia no, yo sabía que mi hermana se moría por Xiah y que de pronto, teniendo la oportunidad de estar con él se fuera de pronto con Kingone (por muy guapo que el chico fuera) no era algo normal en mi hermana. Y ahora Belén de la mano de U-Know… ¿¡Es que el mundo se había vuelto loco!? ¿Quien en su sano juicio andaría con mi hermana luego del espectáculo de borracha vulgar que había dado hace dos días? Tal vez le había hecho algún maleficio al líder y yo tenía que advertirle a alguno de los miembros y…
-No pienses con la cara –me volvió a repetir Jae.
-Ese no es tu problema –le dije ya medio harta de que molestara porque en mi cara se reflejara lo que pasaba por mi cabeza. –No te metas.
-Pero estás con cara de espía, si quieres averiguar cosas sobre tus hermanas hazlo en otro tiempo.
-Tú que sabes… -le respondí con mi mejor tono de picada para que no supiera que me había sorprendido. Lo había conocido hace menos de dos días y ya sabía qué clases se cara ponía… algo raro pasaba con este sujeto y ya me estaba hartando su manera de ser. Me detuve de pronto y Jae casi se cae, lo que no me importó para nada.
-Camina –me dijo tirando de mi brazo.
-Dime hacia donde vamos primero –le exigí.
-No tengo porqué.
-Entonces no tengo porqué ir contigo –le dije tratando de soltarme de su mano.
-Tienes que venir conmigo –me dijo ahora con tono suplicante, pero yo no me iba a dejar convencer tan fácil, aunque debo reconocer que al escucharlo hablar de esa manera me dieron ganas de darle lo que pedía sin respuestas a cambio.
-No me puedes obligar.
Jae se giró hasta quedar frente a mí y me sonrió.
-¿Cuánto apostamos a que puedo?
-¿Eh…?
Jae entonces me tomó de la cintura y me puso sobre sus hombros cargándome como si fuera un saco, y recién me di cuenta de que ya no había nadie más cerca y de que si gritaba eran escasas las posibilidades de que alguien me escuchara a menos que fuera una cucaracha que por casualidades de la vida anduviera caminando por los pasillos.
-¡Bájame! –le ordené.
-Te dije que podía obligarte –rió.
-Jae bájame… -le dije ahora sintiendo que iba a morir de la emoción en ese momento. No entendía esa clase de sentimientos tan repentinos que invaden en esos momentos el corazón de una mujer. Por una parte me moría porque siguiera cargándome y por otra lo odiaba por hacer lo que quisiera y salirse con la suya.
Jae no me dijo nada más y siguió conmigo a cuestas –como si no pesara nada –hasta que llegamos a un lugar medio oscuro que me dio escalofríos. Jae entonces me bajó y se limpió la frente llena de sudor.
-Creía que tenían que salir bailando.
-Eso es más rato…
-¿Cuánto dura esta fiesta?
-Hasta las dos de la mañana, aunque no creo que nos quedemos hasta esa hora.
-Oh.
Me quedé mirando hacia todos lados porque no encontraba ningún punto de referencia por si pretendía escapar y además que todo estaba un poco oscuro. Jae se enderezó y me quedó mirando.
-¿Contenta? –me preguntó.
-¿Qué dices…? –Inquirí yo porque no sabía si la pregunta iba enserio o era pura ironía.
-Que ya debes estar feliz.
-¿Y eso porqué sería si puedo saber? –levanté mi ceja derecha lo más que pude para hacerle entender que de contenta no tenía nada.
-Estás conmigo.
-¿Y…? –mi rostro seguía en la misma expresión cosa que hizo que Jae dudara de lo que estaba diciendo. Obviamente lo que me proponía.
-No estás contenta.
-¿Qué crees sabelotodo?
Me apoyé en la pared más cercana y me saqué los zapatos que ya me tenían los pies hinchados de lo incómodo que eran. Jae se rascó la cabeza como si todavía no entendiera lo que estaba pasando, y para ser sincera ni yo comprendía lo que pasaba por su rara mente. Me miró y luego de un rato se acercó a mí y se agachó hasta quedar a mi altura lo que me puso un poco nerviosa… bueno, para que estamos con cosas, me puso roja de un sopetón e hizo que mi mente se plagara de imágenes de yo y él… y de él y yo… y…
-¿Ves que estás contenta? –me dijo sonriendo.
-¿Puedes explicarte mejor? –le pedí porque su manera de hablar me estaba hartando.
-Es simple chica, estás contenta.
-¡Deja de decir eso! –le espeté. Jae se enderezó un poco y se sentó en un sofá que había cerca de allí. –Jae, por favor, explícate. ¿Qué es todo esto de contenta y de estar contigo y… qué demonios pasa?
-¿Viste a tus hermanas? -me preguntó.
-No cambies el tema.
-No lo hago, sólo responde, ¿las viste?
-Uh-uh –le dije mientras me masajeaba los pies. –Pero no entiendo, yo…
-Cada una la estaba pasando bien.
-¿Y…?
-La estaba pasando bien con el chico que les gusta ¿no? –entrecerré los ojos porque más o menos comprendía al punto que quería llegar pero preferí una explicación más directa.
-Sí, eso creo. Aunque no sé porqué Nyzia estaba con Kingone si tú y yo la vimos… bueno la vimos con Xiah y…
-Eso tampoco lo entiendo, pero ese no es el punto.
-¿Y cuál sería entonces?
-Que yo pensé que a ti también te gustaría pasarla bien con la persona que te gusta.
Oh, de eso se trataba… O sea, que señor don Jaejoong, alias miembro rico de DBSK, alias mi cómplice, alias el señor de los mp4 y llorón de nacimiento quería estar conmigo esta noche porque a mi me gustaba y él quería que yo fuera feliz… (Léase esto con tono de ironía por favor).
-Y según tú –le dije avanzando de manera teatral hacia él (onda Carlos Pinto) –yo desebaba estar contigo porque tú eres la persona que me gusta… ¿no?
Jae levantó rápidamente la vista y tragó saliva.
-¿P-por q-qué hablas así…?
-¿Así cómo?
-Tan terrorífica… Paloma…
Yo sonreí como había visto que Merlina Adams lo hacía en la película y me agaché hasta quedar frente a él.
-¿Tú crees que no estaba feliz? –le pregunté sin separar mis dientes por lo que mi tono sonó más frío que antes. Jae me quedó mirando con los ojos muy abiertos y de nuevo volvió a tragar saliva, pero antes de que hablara yo le dije: -¿crees que ahora soy más feliz? ¿Lo crees?
-Bueno, yo…
-Oh, no se equivoque señor Jaejoong, sí estoy feliz, o sea… qué mejor que tener al chico más apuesto de Tohishinki como perrito asustado frente a mí…
Jae cambió entonces su expresión como si algo que yo hubiera dicho lo despertara y me tomó de los hombros muy fuertes haciendo que retrocediera.
-No estoy asustado –me dijo cuando me puso contra la pared. –Es sólo que por un momento creí…
-Da lo mismo –le dije dejando mi papel de oscura de lado. –De todas formas ya arruinaste mi noche.
-¿Pero qué dices? ¡Estás conmigo! –exclamó sin creer lo que yo decía. Levantó los brazos como demente y se golpeó el pecho. –Yo te gusto ¿no? Tú me lo dijiste cuando estábamos en la Rueda de la Fortuna… ¿lo recuerdas?
-Tú sacaste conclusiones propias, yo nunca dije que sí…
-Pero, tú… -Jae volvió a ponerse muy cerca de mí que hizo que de pronto perdiera el ritmo de respiración y su aliento me llegó muy fuerte en la cara. Genial. –Tú no lo negaste.
-Tampoco dije que sí… ¿te puedes correr?
-Entonces no te gusto.
-¿Qué te hace creer que sí?
-Me miras mucho.
-Siempre miro a las personas que me parecen atractivas, dime que tú no haces lo mismo.
-Pero me miras diferente.
Rayos…
-Eso es lo que tú crees…
-Estás nerviosa, lo puedo sentir…
Cálmate Paloma, controla las ganas de abrazarlo, vamos, tú puedes, cualquier cosa es mejor que confesarle que tenía razón…
-Estoy nerviosa sólo porque estás muy cerca de mí, nada más.
-No niegues…
-Deja de creer cosas que no son… además si empezamos con sospechas, tú eres el que siempre me busca. ¿Qué debo pensar entonces?
Jae abrió la boca para decirme algo pero no pudo porque mi “linda” hermana mayor justo nos interrumpió.
-¡Paloma!
De pronto Jae dejó de estar cerca de mí y sentí un aire helado colarse por todos mi cuerpo. Belén lo había apartado de un manotazo y se ponía delante de mí como si yo necesitara protección.
Le gritó algo a U-Know que venía con ella y el líder miró a Jae con desaprobación.
-No hacíamos nada –le dije.
-Cállate Paloma, ¿no sabes lo que diría la prensa si los hubiera visto así?
-Pero no nos han visto, así que…
-Te callas. Nos vamos ahora.
Belén le dijo algo a U-Know y de paso parece que insultó a Jae para luego llevarme volando de vuelta al salón principal. De pasó sacó a Nyzia de su conversación con Kingone (sin importarle que nosotras no fuéramos hermanas) y alejó a Daniela de Max. Yo no tenía ánimos de pelear, no luego de ver a Jae titubear respecto a sus intenciones, porque eso había hecho…
Ahora iba de la mano de mi hermana, alias la ogro, alias Shrek, alias mala… de vuelta a la casa en donde seguro gritaría como loca. Lo bueno de todo esto es que no estaba ni por ahí con escucharla porque lo único que tenía en la mente eran las palabras de Jae al decir: Estás conmigo…

19º Capítulo. Libro de Nyzia


Libro de Nyzia.

No tenía nada de hambre. La comida frente a mí me parecía repugnante y no porque no tuviera hambre, si no porque la situación a mi lado no era la mejor y más factible para comer. No tenía tiempo de pensar en llevarme alimento a la boca cuando Junho a mi lado se estaba comportando de manera muy rara y Xiah no se daba cuenta porque hablaba por teléfono con su madre.
Esperaba que Belén llegara pronto, que me sacara de esta situación y que le dijera a Junho que yo estaba con su hermano, que no era correcto lo que hacía… bueno, estos son los hechos.
Cuando bajamos de la limosina, luego de un hermoso viaje en el que Xiah no dejó de hacerme cariño y repetir la palabra beautiful muchas veces, tuve que prepararme para cumplir mi papel como la novia extranjera de Junho. Antes de bajarse, Xiah me dio un beso fugaz en los labios para darme ánimo y se despidió de mí. Junho entonces bajó y me ofreció la mano ayudándome a descender de la limosina. Entonces sentí eso que mi hermana Belén decía, la palabra divina y el sexto sentido que me hacía pensar que lo que hacía no era correcto. Miré a Junho rápidamente porque estaba segura de que la sensación provenía desde que le había tomado su mano. Entonces el hermano gemelo de Xiah me guiñó un ojo y me dijo algo en coreano que no me gustó para nada. No es que quiera dejarlo mal, para nada, pero la verdad es que me dieron ganas de correr detrás de Xiah y decirle que su hermano estaba raro conmigo, que me miraba más de la cuenta y que la forma de acariciar mi mano no era la correcta, independiente de si tenía que actuar como mi novio… Junho me sonrió y me hizo avanzar tirando de mi mano mientras yo no perdía de vista a Xiah quien conversaba con la prensa, con una mirada de súplica… y luego me di cuenta de que no podía andar así por la alfombra roja, era la novia de Junho invitada a compartir con gente famosa… o sea, tenía que cambiar mi actitud por el bien de los chicos.
Me quedé callada mientras caminaba hacia la entrada en compañía de Junho e iba a rogarle con la mirada a Xiah que me diera sólo unos segundos para hablar con él… o buscar a mi hermana mayor para que me salvara o…
La gente se quedó mirándome como si fuera una visión alienígena de la vida. Junho me tomó más fuerte de la mano porque de repente me dieron ganas de darme la media vuelta e irme. Vi a Belén poniéndose de pie para luego sentarse rápidamente con un chico que no reconocí pero que me dio mala espina igual porque no era Yunho, que es con quien ella debía estar. También vi a Daniela, pero ella no pareció percibirme porque estaba pegada mirando a Mike He y a Joe Cheng, mientras Max la miraba muy frustrado. Paloma me dirigió una mirada discreta y recordé que ellas, esa noche, no eran mis hermanas y me sentí más sola que nunca.
Las personas que se quedaron mirándome (cosa que no entendí) luego de un rato dejaron de hacerlo y volvieron a lo suyo. Una persona se acercó a nosotros tres, porque gracias a Dios Xiah ya había llegado junto a nosotros con lo que el agarre de la mano de Junho se aflojó un poco, y nos indicó nuestra mesa. Xiah se sentó sin dejar de mirarme, cosa que me puso muy tranquila, y Junho abrió una silla para mí. Nos sirvieron al rato, pero al mirar la comida y lo nerviosa que estaba no pude pobrar bocado. Xiah notó mi malestar y me preguntó con la mirada si algo andaba mal, pero Junho se apresuró a decirle algo con lo que su hermano se quedó más tranquilo.
Bufé desesperada porque Xiah se diera cuenta de las cosas, pero para más remate lo llamaron por teléfono y ya no me prestó la atención suficiente como para darse cuenta de lo incómoda que estaba.
Junho me miraba fijo cosa que me ponía nerviosa en suma manera, traté de pensar en algo más, en algo me llevara a otra galaxia porque estaba segura de que si pasaba más de cinco minutos pendiente de lo que él me hacía iba a terminar escapando lejos de todo eso. Entonces pasó junto a nuestra mesa la cantante Shakira, no es que ella me gustara, pero la mayoría de sus canciones eran muy lindas y me traían recuerdos de cuando era pequeña. Me acomodé dispuesta a levantarme pero la mano de Junho me retuvo fuerte. Lo miré con indignación al mismo tiempo en que Xiah cortaba el teléfono.
-Voy a ver si puedo hablar con ella –dije en español. Y muy rápido me solté de la mano de Junho quien tenía un anillo puesto que hizo que me hiriera la palma de la mano, pero no regresé. O era conversar en español con alguien además de mis hermanas o era quedarme nuevamente junto a Junho el cual me daba más miedo a cada instante que pasaba.
Caminé detrás de Shakira por más de un minuto sin atreverme a hablar con ella y cuando finalmente iba a hacerlo, o sea, que estiré mi mano para tocarle el hombro una persona pasó rápidamente empujándome hacia el lado haciendo que le manchara el terno con la sangre que tenía en la mano.
-Sorry… -dije mirando la enorme mancha roja que había en la chaqueta de la persona. Me sentí fatal, en especial porque me daba cuenta de que no la estaba pasando para nada bien en la fiesta y más encima el hermano de Xiah era muy fresco.
-No te preocupes –me dijo la persona con voz masculina en castellano.
-¿Eh?
Levanté la vista y tuve que apoyar mi pie izquierdo hacia atrás cuando me di cuenta de que era Kingone, actor taiwanés muy sexy quien me gustaba mucho. Al principio no podía creer lo que estuviera pasando, ¿a caso me había hablado en español? ¿Un chino? ¿A mí?... ¿en español?
-Yamapi me dijo que eras mexicana, ¿es cierto?
Abrí la boca para responder algo pero no me salió palabra… ¿mexicana… yo? Esto sólo debía de ser obra de Belén, la reina de las mentirillas blancas. Miré a Kingone que seguía sonriendo y entonces cambié mi expresión a arrepentimiento y me concentré en mi “acento” mexicano.
-De verdad lo siento, no, no sé como recompensarte, yo…
-Vamos a platicar, ¿te parece? –me preguntó.
Instintivamente miré hacia atrás, a la mesa que compartía con Xiah y su horrible hermano, ambos me observaban pero yo no podía volver aunque mi corazón me estuviera pidiendo a gritos que me sentara frente a ese chico tan hermoso que cantaba como ángel… con tristeza volví la vista hacia Kingone y asentí.
-Vamos –le dije.
Tal vez Xiah me odiara, pero podía aclarar las cosas luego, ahora no volvería junto a Junho por nada del mundo. A demás, estar con Kingone no iba a ser del todo malo, o eso esperaba.

19º Capítulo. Libro de Daniela


Libro de Daniela.

Max estaba sentado frente a mí sin dejar de mirarme. Estaba nerviosa, y él lo notaba y sabía perfectamente que no era por su causa. Que el hecho de que quisiera sentarme allí no era porque la vista era mejor, ni tampoco el sentarme en este lado era para vigilar a Paloma con Jun. También sabía que me reía nerviosa no porque estuviera con él en una especie de cena y sabía que era por el chico de la mesa del lado. Bueno, de los chicos.
Mike He y Joe Cheng hablaban en su idioma mientras comían lo que nos habían servido a todos lo que estaban en el salón principal a esa hora. Yo trataba de no mirarlos, más era por respeto a Max que estaba frente a mí notablemente enfadado que por gusto, pero que si hubiese sido por mí estaba toda la velada con los ojos pegados en sus rostros.
-Si quieres te los presento. –Me dijo Max.
Yo, que había estado los últimos cinco segundos pendiente de la carne que Joe se había llevado a la boca, me volví rápidamente hacia Max y me sonrojé.
-No es necesario, no quiero…
-No me mientas, Daniela. –Me dijo serio. Levantó las cejas y les echó una mirada a los actores taiwaneses sentados junto a nosotros. –Yo puedo presentártelos, no tengo problema.
-Ya te dije que no, caramba.
Max me quedó mirando un momento y luego bebió de lo que había pedido. Me sentí muy mal y me acerqué a él estirando uno de mis brazos para alcanzar su mano más cercana.
-No te enojes –le dije.
-No estoy enojado.
-Bueno, -le dije sonriendo. –Pero quiero que sepas que esta noche sólo existes tú.
-Por supuesto –respondió sarcástico.
-Lo siento Changmin, -le dije. –La verdad es que ellos me encantan, para qué te voy a mentir, pero yo ya estoy junto a ti así que…
-Así que no te queda de otra que observarlos arrepentida, qué bonito.
-Ya basta –le dije. –No quiero que te sientas mal, y de verdad lo siento. ¿Qué tengo que hacer para que me perdones?
Si me decía que me alejara de los dos chicos junto a nosotros, lo encontraba muy difícil, porque no dos veces en la vida se está tan cerca de bellezas como ellos, es decir… ¡eran Mike He y Joe Cheng por Dios! Me encantaban desde hace más tiempo que el mismo Max… aunque él también tenía razón. Estaba en esta fiesta por ellos, para que él me cuidara y a su cargo. Belén me veía sola por los pasillos en compañía de otros chicos aunque estos fueran, vuelvo a repetir ¡Mike He y Joe Cheng!, no le iba a gustar nada la idea, y menos a mi Max.
-Vamos afuera. –Me dijo.
-¿Eh? –le pregunté sin entender.
-Vamos para afuera…
-¿Y para qué…?
-¿No quieres ir?
Entrecerré mis ojos justo en el momento en que veía que Micky se acercaba a nuestra mesa luego de que se hubiera ido del salón en compañía de U-Know. Max miró a su compañero y puso cara de fastidio.
-¿Molesto? –preguntó cuando se sentó.
-No / Sí –respondimos Max y yo al mismo tiempo.
Le lancé una mirada a Max para que fuera menos pesado con Micky pero no me pescó. Yoochun entonces se limitó a mirarme y sonrió.
-¿Has visto a tu hermana? –me preguntó.
-¿A cuál? –inquirí yo a mi vez. Micky se puso a reír y se pasó la mano por la frente.
-A la mayor –me dijo.
-Ah…
La verdad es que no la había visto desde la habitación. Miré a Micky y levanté los hombros sintiéndome culpable.
-La verdad es que no…
-Está conversando con el enemigo nº1 –respondió Max sin mirarme. Me sentí mal, una porque el chico la estaba pasando mal por mi culpa y mis ganas de salir corriendo detrás de Mike y Joe, y otra porque noté la pena en su voz. Micky al parecer notó que los ánimos no estaban bien y se levantó.
-Voy a buscar a tu hermana.
-¿Y para qué sería…?
-Já… creo que luego les contará –y se alejó sonriendo. Entonces me levanté de la silla también.
-¿Me perdí de algo? –inquirió Max sin entender mi reacción.
-Me voy –le dije. No pude dejar de notar que Joe y Mike me miraban desde la otra mesa, pero yo ya había tomado mi decisión.
-No, pero tú… no puedes irte, no sabes cómo llegar a la casa…
-¿Y quien dijo que iría a casa?
-¿Eh…?
-¿No me dijiste que fuéramos fuera? Pues vamos.
Estiré mi mano y esperé a que el chico me la sostuviera. Max me miró por unos segundos pensando en no se qué y luego sonriendo de pronto tomó la mano y me condujo fuera del salón.
-Ah, pero tengo una condición. –Le dije alcanzándolo porque caminaba muy rápido y me llevaba casi volando.
-Siempre hay una trampa –dijo mirándome hacia abajo. Le sonreí picarona y puse mi mejor cara de pena.
-Tú… puedes… ya sabes, luego… más ratito, no pido que sea ahora… puedes tú…
-Quieres que te los presente ¿no? –Me pilló. Yo le sonreí traviesa.
-¿Puedes?
-Pff… -Max miró hacia el frente y luego de un rato elevó la comisura de la boca por lo que supe que estaba sonriendo. -¿De verdad eso es lo que quieres?
-Sí… por favor… Changmin… te lo pido…
-Entonces así será… pero antes…
Max me tiró hacia un resquicio detrás de una columna en donde nadie podía vernos y me besó. Yo sonreí mientras tenía nuestros labios juntos y le tomé la cintura. Bueno, si este era el precio a pagar por conocer a Mike He y a Joe Cheng… iba a pagarlos cuantas veces a Max se le antojara.

19º Capítulo. Libro de Belén


Libro de Belén.

¿Cuál era la manía de tenerme todo el rato de la mano? Yo no me iba a escapar, de eso Yunho estaba muy conciente, no ahora en que mis hermanas estaban conmigo y podría decirse que me encontraba a gusto con los chicos. Entonces, ¿Por qué no cortar el cordón umbilical de una vez?
-Yunho suéltame –le pedí por enésima vez.
La verdad es que me gustaba que me sostuviera de la mano, me hacía sentir protegida, pero no era lo correcto. Había tenido problemas por nuestra culpa y no tenía porqué seguir provocándolos.
-Te puedes perder –me dijo mientras me llevaba hacia otro grupo de personas a saludar y a presentarme como manager suplente.
-Los managers no andan de la mano con sus estrellas.
-Algunos lo hacen –me dijo sin dejar de saludar a connotadas estrellas dentro de la música asiática.
-Yo no he visto a ninguno –le dije sonriendo a una mujer muy bonita que me pareció bastante conocida pero que en esos momentos no le presté mayor atención.
-Los managers a veces se casan con sus artistas.
-Pero nosotros no estamos casados –le dije sin reparar en sus palabras. Yunho entonces se volvió hacia mí y me sonrió.
-Pero no niegues que te gustaría…
Lo miré unos momentos sin comprender de lo que estaba hablando y luego sus palabras me llegaron al cerebro.
-No juegues –le dije. –Y mira, mis hermanas ya llegaron. Nos vemos.
-Recuerda que no son tus hermanas, o sea, que hoy estas sola…
-Gracias por el recuerdo… -le dije riéndome irónica. –Y ame voy… espero verte… más rato.
Yunho me iba a decir algo más, pero yo no quería escucharlo por lo que me apresuré en ir en busca de mis hermanas y alejarme de él. No fue fácil soltarme de su agarre, me costó mucho, una porque él no quiso dejarme ir tan rápido y otro porque yo quería seguir de su mano. Pero en estos momentos eso ya no nos era permitido. Me despedí de él con una triste sonrisa y partí a encontrarme con mis hermanas.
Vi a Daniela muy bien acompañada por Changmin quien parecía muy feliz de tenerla a su lado. Detrás entró Yoochun mientra conversaba con una chica (no sé porqué me dio un poco de celos) muy bonita que lo hacía reír bastante. Luego entró Jae con cara de fastidio lo que me sorprendió mucho ya que sabía que en público el trataba de no ser tan pesado como yo sabía era en la vida real. El chico me vio y se acercó a mí. Genial, como si quisiera hablarle más de lo que hablábamos en la casa cosa que nunca pasaba.
-¿Qué quieres? –le espeté esperando a que Paloma entrara también porque si los tres ya habían hecho su aparición y mi hermana pequeña aún no lo hacía eso significaba que la habían dejado sola. -¿Y Paloma? No es que quiera que tú sepas, pero te viniste con ella… ¿dónde está?
-Deberías cuidar los gustos de tu hermana –me dijo serio.
-Por eso quiero que se aleje de ti, ¿acaso no lo has notado?
-No me refiero a eso –me dijo metiendo sus manos en los bolsillos. –Mírala.
Entonces vi que mi hermana pequeña, alias la buitre, venía muy feliz del brazo de nadie más ni nadie me nos que Matsumoto Jun… su primer amor. Jae a mi lado bufó y miró al suelo notablemente molesto.
-¿Celoso? –pregunté. –Es su primer amor, ya sabes… -Me reí de su cara de enojo cuando me miró.
-No sabes de lo que hablas.
-Menos mal, -le dije acercándome a él. –No te conviene estar celoso de mi hermana de 15 años… ¿te queda claro?
-No recibo órdenes de nadie.
-No es una orden, querido. Es una amenaza. Nos vemos.
Le lancé una última mirada de odio junto a mi mejor sonrisa de ironía y fui hacia donde estaba Paloma muy sonriente del brazo de Matsumoto Jun que de paso era casi 12 años mayor que ella.
-Ejem –dije acercándome hacia donde estaban conversando sin moverse ni un centímetro. –Paloma, veo que llegaste.
Mi hermana menor me mandó una mirada que claramente decía “vete”, pero me sonrió porque mas que mal estaba frente a su Jun… entonces el recién nombrado me miró y sonrió. Me llevé una impresión rara al notar que era muy pequeño de porte… pero para qué estamos con cosas, era igual de guapo de cómo lo habíamos visto en televisión, y no era su culpa el que yo hubiera pasado casi tres días con chicos tan altos como postes de luz eléctrica. Rápidamente me metí en mi papel y le pregunté a Jun si sabía hablar inglés. Me dijo que poco pero que trataría de entenderme. Le dije quién era y que esperaba que hiciera sentir a esta chica venida de Inglaterra (qué chiste) como en casa. También le dije su edad por si no se acordaba cosa que hizo que el japonés sonriera agachándo la cabeza para luego pedirle algo a Paloma en japonés. Mi hermana se despidió con una mano mientras Jun sonriendo se apresuraba a llevar a mi hermana a una mesa.
Entonces me quedé estática en la puerta porque no podía creer que quien estuviera entrando fuera precisamente él… Oh, Dios mío… Mi segundo dorama había sido protagonizado por él… por Yamashita Tomohisa… un gran actor y un muy sexy y atractivo cantante. Tragué saliva al verlo atravesar la puerta de entrada y se quedaba quieto mirándome. Me preguntó algo en japonés a lo que le contesté en inglés diciéndole que no sabía japonés.
-¿Y español? –me dijo.
Yo ladeé la cabeza y parpadeé muchas veces tratando de encontrar el significado de sus palabras… español… un idioma que sólo hablaba en casa… un idioma conocido… ¡mi idioma!
-¿No hablas español? –me preguntó.
-¡Oh sí! Disculpa, es sólo que nunca pensé que tú lo hablaras…
-Nadie lo cree en realidad –me dijo. Y me sonrió haciendo que por momentos se me olvidara que Yunho andaba cerca y que a mi me gustaba él… o eso quería creer. Entonces Yamapi me quedó mirando serio y yo retrocedí un poco sin saber qué era lo que quería. –Y bien, -comenzó a decir. -¿Tú eres…?
-¡Ah! –me golpeé la frente de lo olvidadiza que era, - lo siento, no me he presentado. Me llamo Belén, soy la manager suplente de Tohoshinki… ¿así creo que los llaman ustedes?
-Claro –me dijo entrecerrando los ojos en una repentina ira. –Ellos… que pena.
-Eh, no entiendo…
-Eres su manager, no puedo hablar mal de ellos, ya sabes.
-Oh… ¿te hicieron algo? No te preocupes, yo no supe que ellos existían sino hace tres días…
-¿Y eres su manager?
-Una larga historia –le dije.
Yamapi se quedó mirándome y luego me preguntó si tenía algo que hacer o alguna tarea que realizar. Le dije que no, que por el momento estaba libre según lo que Yunho me había dicho, cosa que hizo que se le achicaran los ojos de nuevo y que me diera escalofríos ver la ira que acumulaba en contra de los chicos. Me invitó a una mesa y allí nos quedamos conversando un momento hasta que sentí unos murmullos que fueron creciendo mientras los segundos pasaban y todas las miradas iban directo a la puerta de entrada. Entonces tuve que llevarme una mano a la boca para no gritar y noté que Yamapi me miraba un poco raro dada mi reacción.
Mi hermana Nyzia hacia su aparición de la mano de Junho y atrás venía Junsu con una sonrisa igual a la de mi hermana. Daniela tal vez tuviera razón, Junho no miraba a Nyzia como un cuñado o algo así, en su mirada hasta había deseo lo que me produjo un retortijón y me dieron ganas de ir corriendo donde Yunho a contarle mi descubrimiento.
-Oh –escuché que exclamaba Yamapi a mi lado. –Se parece mucho a ti…
Me volví hacia él rápidamente y me senté restándole importancia al hecho de que todos seguían pendientes de la puerta y le sonreí al chico frente a mí.
-Se dice que en algún lugar del mundo hay alguien parecido a ti. ¿No?
-Uh-uh –me dijo él no muy convencido ya que yo nerviosa había comenzado a tamborilear con mis dedos sobre la mesa. –Pero ella es idéntica a ti… y está con uno de los integrantes del grupo.
-Oh no, -le corregí. –Él es el hermano de Junsu, no tiene nada que ver con el grupo.
-¿Y ella es…?
-No entiendo.
-Nacionalidad.
-Ah, ella es… -mi mente comenzó a trabajar a mil por horas tratando de acordarme del mejor acento que le salía a mi hermana. –Mexicana, sí… es mexicana.
-Una mexicana y un coreano… inusual ¿no te parece?
-Yo soy chilena y ahora por casualidad soy manager de uno de los grupos más famosos de Asia. Eso también es inusual…
-Claro… -me dijo.
No me gustó para nada su forma de referirse a los chicos, podía hablar mal de Jae, eso no me importaba, pero los demás eran muy buenos conmigo y no me pareció correcto aguantar que hablara mal de ellos. Justo cuando le iba a decir unas cositas, Yamapi cambió de tema y comenzó a contarme acerca de sus nuevos proyectos y yo me olvidé por completo de mi enojo y me concentré en su rostro admirando lo perfecto que era. Me habló de demasiadas cosas, de lo que le gustaba hacer (sacar fotografías y filmar cosas raras), de sus amigos y de cómo había aprendido español (clases con su mejor amigo) Yo también le conté muchas cosas entre las cuales le mencioné mi pasión por el ingles y por las novelas románticas, también le dije que me había encantado su actuación en Kurosagi y en Nobuta Wo Produce. Nos reímos bastante y estaba a punto de preguntarle porqué se había acercado a mí cuando llegó Yoochun a mi lado para decirme que tenía que ir detrás de escena porque era requerida mi presencia.
Noté que Yamapi miraba a Yoochun de manera muy insolente, me sentí muy incómoda cuando tuve que ponerme de pie, le dije a Yamapi lo que había pasado y él me dijo que lo lamentaba porque la estaba pasando verdaderamente bien conmigo, pero que entendía lo que pasaba y que el trabajo siempre es trabajo. Me despedí de él con una sonrisa triste y seguí a Yoochun hacia donde según él los chicos me estaban esperando.
-No entiendo –me dijo mientras doblábamos por un pasillo atestado de gente. –No entiendo cómo entre tanta gente puedes conversar con él.
-¿Cómo…?
-Nos odia, Belén, ese tal Yamapi, nos detesta.
-Si lo sé. –Yoochun dejó de caminar y me quedó mirando muy enojado.
-¿Y aún puedes hablar con él?
-¿Y qué tiene?
-Eres nuestra manager, no lo olvides. –Comenzó a caminar de nuevo más rápido que antes. –Y Yunho me dijo que te había presentado como tal. La gente sabe que ese tipo no nos quiere… ¿cómo crees que se ve que nuestra manager hable con nuestro enemigo y que además se sienten en la misma mesa y…?
-A mi nadie me prohíbe que haga lo que quiera. –Yoochun se detuvo nuevamente y me encaró muy brusco.
-El contrato te lo prohíbe, así como nosotros. No vuelvas a hablar con él.
-Pero…
Nunca hubiera creído que Yoochun me hablaría de esa manera. Me dieron ganas de llorar pero no lo iba a hacer, además me habían llamado para efectuar mi papel de manager por lo que las lágrimas no venían en buen momento. Y tal como me pasó cuando Yunho me gritó me quedé callada y sólo atiné a asentir.
-¿Entendido? –me preguntó Yoochun más calmado pero con el mismo tono de autoridad.
-Entendido –le dije yo.
Comenzamos a caminar nuevamente por el pasillo. Yoochun ya no iba tan rápido como antes, pero no me hablaba y ni siquiera se preocupaba de que le siguiera. Podría perfectamente haberme escapado por uno de los tantos salones que habían en donde no sabía cómo había mucha más gente. Entonces se detuvo delante de una puerta y cuando la abrió vi que dentro estaba todo oscuro. Iba a preguntarle qué pasaba pero él me empujó hacia dentro y cerró la puerta dejándome encerrada.
Entonces sentí la presencia de alguien más en la habitación y quise gritar, pero con la bulla de afuera nadie iba a escucharme. Tragué saliva y me apegué a la pared. Tenía mucho miedo y lo peor de todo es que no entendía porqué Yoochun había hecho algo así. Mi mente entonces percibió que la otra persona estaba cerca y me hizo cerrar los ojos.
Deseé que todo pasara muy rápido y que no sintiera nada. No sabía lo que me esperaba… ni me lo imaginaba.

18º Capítulo. Libro de Paloma


Libro de Paloma.

Hero me miraba raro. No es que me estuviera pasando rollos ni nada por el estilo, pero era la verdad. Me miraba como si supiera algo o si estuviera pensando mucho una cosa… pero no decía nada.
Cuando nos subimos a la limosina que nos esperaba en la puerta trasera (porque la de adelante estaba llena de fans y no entendía cómo Belén y U-Know habían pasado por allí) le dije a Jae que lo lamentaba por lo de los mp4, pero que no estaba de acuerdo en que me hubiera acusado de ser la autora intelectual (que después entendí qué era), que lo encontraba cobarde de su parte. Me dijo que no tenía porqué preocuparme de nada, porque al final mi hermana me había levantado el castigo sin embrago él todavía andaba sordo por la vida sin audífonos ni música… que era como vivir sin alma. El tipo era medio raro, pero aun así no podía dejar de gustarme y de sentir que estaba con él y que todo era un sueño.
-Paloma, siéntate aquí –me dijo Micky haciendo un espacio porque Hero estiró sus piernas y no me dejó sentarme donde iba a hacerlo. No me sentí mal, bueno, no tanto porque la verdad es que no entendía porqué se había enojado conmigo si a los dos nos había pillado y a los dos nos habían castigado y a los dos… Oh. Yo había sido la culpable de que nos hubieran pillado y si lo miramos desde ese punto la culpable de que le hubieran quitado sus preciados mp4. Quise disculparme de nuevo, pero Micky (siempre tan atinado él) no me dejó hablar con Hero por el momento y en cambio nos pusimos a conversar sobre artistas japoneses. Daniela por su parte trabajaba su acento para que se notara que era una chica proveniente de Inglaterra mientras Max la miraba embobado. Jae por su parte tenía la vista pegada a la ventana y no dejaba de tararear algo haciendo un pobre esfuerzo por creer que tenía audífonos. Qué patético.
Le pregunté a Micky quienes estarían en la fiesta y casi grito (y no exagero) cuando me dijo que Arashi estaría allí, que Otsuka Ai (quien todavía no se presentaba en el escenario del festival). Que iría Yamapi, y Súper Junior, también artistas de América como Radiohead, Shakira, Juanes y Christina Aguilera. Y de Inglaterra estaba Coldplay y Lily Allen. La mayoría de los artistas de Asia los conocía, pero a los de mi propio continente no tanto y menos a los de Inglaterra aunque siempre he sabido que a Belén le gusta mucho Coldplay.
-¿Y los presentadores van? –pregunté sin poder controlar las ansias de que iba a conocer a Otsuka Ai y a Matsumoto Jun (el primer amor asiático que tuve). Micky arrugó la cara pensando.
-No creo que los conozcas, son actores de Asia, ya sabes… doramas y esas cosas.
-Amo los doramas –le dije rápidamente con mi voz cargada de pasión que hizo que Jae se volviera de pronto a mirarme, pero yo ya estaba en otra órbita, rodeada de gente famosa y feliz mientras le pasaba la mano por el pelo a Jun (un pelo muy almidonado tengo que decir) y conversando con Otsuka Ai de sus canciones y de si podía ir siquiera una vez a Chile y…
-Estás pensando con la cara de nuevo –me dijo Jae. Yo lo miré sólo un segundo y luego le hice un desprecio volcando toda mi atención en Micky.
-¿Qué actores? –le pregunté.
-Mm, veamos… Rainie Yang, Kingone, no sé si los conoces, Mike He, Oguri Shun, Kim Hyun Joong, Joe Cheng, Inoue Mao y… a ver si me acuerdo…. Maki Horikita… ¿los conoces?
-¡Siiii! –grité muy feliz y sin poder contener mis ganas de sonreír. Daniela me hizo callar enfadada pero cuando supo de la gente que iría a la fiesta (en especial cuando se entero de que Mike He y Joe Cheng irían) se puso a gritar también, aunque no tan fuerte como yo… obvio. -¡Obvio que sé quienes son!
-Guarda silencio por favor –pidió Jae muy fastidiado de pronto.
-No hablo contigo –le dije.
No entendía su actitud si sólo la noche anterior me había llamado “su cómplice” y ahora me hacía sentir muy mal. Respiré hondo tratando de controlar las ganas de llorar y me repetí a mi misma que iba a ir a una fiesta con gente famosa e iba a ser muy feliz.
-¿De verdad los conoces? –preguntó Max dejando a Daniela que siguiera con sus ejercicios.
-Claro –le dije. Me sentía un poco rara hablando con otros miembros de DBSK, en especial con Max a quien le había hecho la broma del colchón. Lo miré unos momentos y él soltó una risa.
-No te preocupes, lo pasado es pasado…
-Pero a mi no me dices lo mismo –se quejó Jae.
-Porque tú no eres tierno… -se burló Max. Jae me mandó otra de sus miradas para luego volver la vista a la ventana.
-No te preocupes, está así porque no tiene a sus bebitos… -se volvió a mofar Max. Esta vez Micky le dijo que ya era suficiente y Max haciendo un mohín volvió a concentrarse en mi hermana.
-¿Y quién es tu favorito? –me preguntó.
-Matsumoto Jun –le dije sin pensar. Rápidamente expliqué el porqué. –Es que la primera persona asiática que me gustó fue él y…
-Si ya lo puedo notar –comentó Micky. –Te estás poniendo roja.
-Ay, cómo crees…
Pero sentía como mis mejillas se iban poniendo rojas y un calor me invadía de repente.
-Además –me apresuré a decir. –Está Otsuka Ai… yo… yo la amo…
Micky se puso a reír porque entendió mi “amor” por la cantante y entonces nadie más habló en la limosina y lo único que se escuchaba era a Daniela tratando de decir la palabra hello con otro acento.
El viaje sólo duró unos minutos más y de pronto me sentí incapaz de salir al exterior porque estaba lleno de periodistas por todos lados. Mi corazón comenzó a latir muy rápido en especial cuando vi que de otra limosina aparecía Jun y comenzaba a caminar hacia la puerta de entrada mientras se detenía a conversar con los periodistas y a sacarse fotos con algunas fans privilegiadas… no importa, me dije, tú lo tendrás toda la noche… Jae bufó porque de seguro que me había visto haciendo caras de nuevo, pero yo no le hice caso y esta vez me preocupé de no caerme con lo zapatos… aunque fueran de taco mínimo. Oí a Micky reírse mientras me ayudaba a bajar.
-¿Qué pasa? –le pregunté sin entender.
-Tu hermana no caminaba para nada bien con tacos –me dijo. –Veo que es de familia.
-Sólo nosotras dos, porque si lo ves bien –le dije señalando a Daniela quien bajó de la limosina como si fuera una reina y caminó del brazo de su “pareja” esa noche con tanta elegancia que me dio envidia.
-Ajá –me dijo Micky ofreciéndome el brazo para que caminara. Jae iba adelante mientras también se detenía a hablar con los periodistas y a dar autógrafos. –Vamos, Paloma.
Caminé muy torpemente, pero creo (y gracias a Dios que es así) que nadie me tomaba atención porque por Dios, Tohoshinki estaba en la alfombra roja y bueno, yo no era nada más que una simple occidental del brazo de Micky…
-¡Hey! –oí que alguien llamaba a mi compañero y le hacía señas.
Qué esto no sea un sueño, que esto no sea un sueño… que esto no sea un sueño… Jun se acercaba a nosotros muy feliz y estiraba la mano para saludar a Micky y luego a Max. Jae había desaparecido misteriosamente de la escena.
-¿Cómo estás? –preguntó Micky comenzando a caminar de nuevo, esta vez teniendo más cuidado conmigo, porque de repente yo había comenzado a ver Juns por todos lados y hasta Max y Daniela tenían cara de Juns y todo eso… cerré los ojos y los abrí tratando de volver a la realidad… y ahí seguía Jun conversando con Micky.
-Bien, bien –le respondió. Entonces reparó en nosotras que íbamos junto a los chicos. -¿Y ellas?
-Mm, chicas de Inglaterra, se ganaron un premio propuesto por SM Entertainment de un concurso de fans y ellas ganaron. –Le explicó Micky. La mentira sonó tan normal y me pregunté si no estaría acostumbrado a mentir respecto a este tipo de cosas.
-Oh –asintió Jun. Entonces me dijo algo en inglés que no entendí y me apresuré a hablarle en japonés.
-Sé tu idioma –le dije sonriendo. –Y prefiero hablarlo porque así lo practico.
-Ya veo –me dijo. –Gusto en conocerte, me llamo Matsumoto Jun. Soy actor y cantante.
-Si sé –murmuré.
-¿Eh? –preguntó Jun.
-Que dije que ya sabía, he visto alguno de tus dramas y he escuchado tu música.
-¿De verdad?
-Mejor los dejo hablando, yo me voy a conversar con la prensa. –Micky se soltó de mi brazo y me dejó plantada en el suelo. Si caminaba era muy posible que me cayera de boca al piso y eso delante de mi querido Jun no era posible. Daniela por su parte me dio una mirada y luego siguió su camino con Max el cual conversaba con algunas periodistas pero rápidamente se acercaban a la puerta de entrada. Entonces sucedió lo más maravilloso del mundo: Jun me ofreció su brazo y con él continué caminando.
-Es mejor que entremos –me dijo. –Ya he conversado con la prensa lo suficiente y veo que tú no puedes andar muy bien con los tacos así que…
-¿No… no te molesta?
-Qué, ¿ser tu muleta? No, para nada.
Mi, ¿mi muleta? ¿¿Mía de mi propiedad?? Iba a morir ahí mismo…
-Así que ya me conoces.
-No en persona claro, pero sí, ya sabía de ti.
Subimos unos escalones y él me agarró con más fuerza. Le sonreí agradeciendo el gesto y continuamos subiendo.
-No sabía que en Inglaterra me conocieran…
-Yo tampoco –dije mirando hacia otro lado.
-¿Qué dices?
-¡Ah!, que sí, que te conocemos…
-¿Y soy tan famoso como Tohoshinki?
-Bueno… -la pregunta me pilló desprevenida, me hubiera gustado decirle que para mí, él era más famoso que los chicos, pero en este último tiempo y dada las circunstancias, los chicos ocupaba un lugar bastante alto dentro de las celebridades de mi gusto.
-No respondas –me dijo sonriendo. Mi corazón de seguro iba a colapsar en cualquier momento porque en estos últimos días lo único que había hecho era aumentar su ritmo como caballo desbocado. –La verdad es que con que tú me conozcas viniendo de tan lejos, me hace feliz.
Y a mí, créelo amigo, estoy mucho más feliz que tú…
-¿Te parece si entramos? –me preguntó.
-Claro, lo que quieras…
Y así me abrió la puerta que nos hizo traspasar ese umbral entre los no beneficiados y nosotros, lo que en estos momentos tenían el mundo a sus pies.

18º Capítulo. Libro de Nyzia


Libro de Nyzia.

Los vestidos eran hermosos… y teníamos entre más de cuarenta para elegir. Y joyas… eran cajas y cajas llenas de joyas… y maquillaje… sombras para los ojos, lápices labiales de muchos colores, máscara para las pestañas, corrector facial, cremas para el pelo, para la cara, las manos, el cuerpo y zapatos por doquier. Esto era el paraíso.
-¡Nyzia por favor! ¡Ayúdame! –me gritó Belén sosteniendo una caja mientras otra se le caía. Sonreí y la ayudé. –Lleva esas también –me dijo señalándome la caja de zapatos que aún no entraban a la casa.
-Ya, espera.
Yo, como la representante de la moda de mis hermanas tenía la importante misión de encontrarle vestido a las tres para que se pudieran lucir en la fiesta que se iba a desarrollar en menos de seis horas más. Daniela estaba abriendo las cajas y tenía muchas cosas desparramadas por el piso. Gracias al cielo que los chicos, todos y sin excepción estaban en el subterráneo ensayando para esa noche y la parte de arriba de la casa era toda nuestra, aunque –como Belén lo había repetido todo el día –no había que fiarse de nada y es por eso que rápidamente llevamos las cajas desde la puerta trasera de la casa hasta nuestra pieza.
Tomé la última caja de zapatos que quedaba y entré a la casa llevándome un susto de muerte cuando vi a Junho sacando algo de la cocina –que es donde quedaba la puerta trasera.
-¡Ahh! –exclamé muy fuerte. La caja de zapatos llegó al piso y casi me aplasta los dedos de los pies que peligrosamente andaba trayendo con sandalias ese día. Junho me miró con la comida en la boca aún y me sonrió.
-Sorry –me dijo. Yo sabía que él no entendía el inglés como su hermano, así que tampoco podíamos hablar ni siquiera en esos términos.
Junho se apresuró a levantar la caja de zapatos y me acompañó hasta la pieza. No me sentía rara con él, era el hermano del chico que me gustaba, tenía que portarme bien así que cuando llegamos a la puerta le sonreí y estiré mis manos para que me pasara la caja. Junho entonces me quedó mirando de tal forma que me sentí incómoda; tenía una mano en el picaporte de la puerta y otra estirada para coger la caja y él por su parte tenía la caja y con la otra mano tomó la mía estirada y la olió.
-¡Shinny ven por-que…!
Daniela se quedó de pie un segundo y luego rápidamente me jaló dentro de la habitación tomando la caja y cerró la puerta. Una vez dentro me quedó mirando con cara de obviedad.
-¿Qué hacías con Junho así? –preguntó con tono insolente.
-No entiendo a qué te refieres… -le dije arrugando la cara.
-¿No te das cuenta de cómo te mira?
-No especialmente, no me quedo mirándolo mucho rato, no desde que puedo mirar a Xiah a mi antojo.
Daniela me chispeó los dedos delante de los ojos.
-Concéntrate. A lo mejor tú no te das cuenta, pero yo sí, así que por el momento si quieres mantener tu “relación” con Junsu, no te acerques a su hermano.
-Diri, no seas paranoica –le espeté un poco enojada. –No me puedes pedir que me aleje del hermano del chico que me gusta… ¿tú te alejarías de las hermanas de Max si vinieran?
-Eso es distinto porque yo…
-¡Nyzia necesito saber si este vestido me viene! –gritó Belén mientras se sacaba los pantalones para probarse lo primero que había encontrado, como siempre. Miré a Daniela y levanté los hombros.
-Tus raros pensamientos quedarán en suspenso. Ahora tengo trabajo que hacer.
Mi hermana se quedó de pie disgustada, pero era un crimen si no ayudaba a Belén a buscarse un vestido para la fiesta, porque por ella iba con una bolsa de basura encima y era feliz.
La selección de vestidos duró toda la tarde. No comimos ya que sabíamos que en la fiesta íbamos a hacerlo pero estuvimos muy tentadas de bajar a buscar algún bocadillo. Paloma comentó que podíamos ir a ver en la pieza de Max si él tenía algo y Daniela le tiró un almohadón a la cara para que se callara. Lo bueno de ser hermanas es que no puedes estar enojada con la otra por mucho tiempo por lo que al rato Daniela y Paloma jugaban a caminar con zapatos de diferente taco y muchas veces se cayeron una encima de la otra. Belén era un caso diferente.
-Este me gusta Nyzia. Este es perfecto –decía cada vez que le hacía probar un vestido.
-No Belén, vamos con el otro.
-Pero este es bonito…
Si yo no hubiera estado, estaba segura de que se hubiera puesto cualquier vestido eligiéndolo al azar, o sea cerrando los ojos y usar el primero que su mano tocara… ella siempre tan anti-moda.
Daniela es otro caso, le gustaron tres vestidos, y los tres se le veían hermosos, pero Belén desechó uno porque tenía un escote muy pronunciado y yo deseché otro porque era del mismo color del vestido de Belén. Al final se quedó con un vestido color crema que tenía la espalda descubierta y una gran rosa de género pagada a uno de los lados del vestido.
Paloma por otro lado no quería usar tacos y Belén le dijo que si los usaba sólo esa noche el castigo de no poder hablar con Hero se iba a terminar. Paloma lo dudó sólo unos minutos tras los cuales se calzó la sandalia negra de taco mínimo con lo que completaba su atuendo, además el vestido que yo le había buscado (uno azul marino de una sola manga con falda plisada y encaje blanco debajo) la hacía verse muy hermosa.
Yo por mi parte me probé la mayoría de los vestidos hasta el punto de que eran las 5.37 pm y aun no me había decidido por uno.
-¿Y este estará mejor? –pregunté a Belén que fue la primera en estar lista luego de que le encontrara un prendedor para el cabello que le hacía juego con el collar que llevaba. Su maquillaje podía haber sido mejor puesto que ella misma se lo había aplicado sin dejar que Daniela lo hiciera.
-Ése te queda igual que el anterior, y que el anterior a ese, y que el anterior al anterior de ese, y como todos los anteriores a ese… decídete de una vez.
-Pero es que… no sé… mira no con este no se me ve tanto la pierna…
-¡Y quien mugre te va a mirar la pierna! Nyzia, nos queda menos de cinco minutos para irnos… por favor.
Golpearon a la puerta y Daniela fue a abrir mientras dejaba a Paloma con los labios estirados para que le aplicara el lápiz labial.
-Belén. Es U-know.
Mi hermana mayor se puso nerviosa de repente y se levantó de la cama. No habíamos visto a los chicos salvo cuando Micky había golpeado la puerta diciendo que los del staff ya se habían ido y que podíamos salir sin problema. Belén habló un momento con el líder y luego avisó que ella se iría primero con él para guardar las apariencias.
-¿Y nosotras? –preguntó Daniela.
-Daniela se irá con Changmin, Yoochun, Jae y Paloma… no me gusta mucho la idea de ver a Paloma con ese individuo pero…
-Belén lo prometiste –le recordó mi hermana pequeña apuntando sus sandalias.
-Como sea –dijo Belén poniendo los ojos en blanco. –Nyzia se irá con Junsu y Junho.
Daniela soltó un gritito que hizo que Belén me mirara raro.
-¿Pasa algo Nyzia?
-Daniela que se pasa rollos… -suspiré y me volví al espejo porque ahora me había puesto nerviosa al saber que me iría con Xiah.
-Bueno, eso… adiós.
Belén salió de la habitación. Daniela rápidamente terminó de maquillar a Paloma y se echó una última mirada al espejo y comenzó a arreglar el bolsito que siempre andaba trayendo.
-Nos vemos Shinny –se despidieron luego de que Max golpeara la puerta para avisar que ya se iban y decirme que Xiah estaría esperando en el primer piso.
Me miré al espejo para maquillarme rápidamente (cosa que creo imposible) y comencé a ver que estaba temblando de puro nerviosismo. Cuando salí de la habitación (con el vestido de encaje plateado y vuelos de color blanco) sentía que no caminaba. Era como saber que avanzaba pero no sentir los pasos y creo que casi me desmayo cuando al bajar la escalera vi dos manos que me ayudaron en el último escalón. Y aunque me fijé solamente en cómo iba vestido Xiah (terno negro, camisa azul y corbata negra) noté que Junho me miraba más largo de lo permitido.
Tal vez Daniela tuviera razón, pero de eso iba a preocuparme después, porque ahora tenía a Xiah de mi mano, camino a una fiesta muy esperada.

18º Capítulo. Libro de Daniela


Libro de Daniela.

No entendía porqué le hacían ese tipo de broma a Max. No entendía qué malo él había hecho, y no entendía porqué Paloma estaba metida en todo eso. Me di vuelta en la cama, con la oscuridad de la noche invadiendo por completa la habitación mientras escuchaba el silencio de la noche.
Belén no había regañado a Paloma lo suficiente por haberle hecho esa broma a Max, si no que se limitó a prohibirle nuevamente estar cerca de Hero cosa que ella no se tomó muy bien, pero que aceptó dada las circunstancias. También sabía que Paloma se sentía culpable por lo que le habían hecho a Max y ella misma le había dicho a U-Know donde estaba el colchón escondido cuando el líder había venido a preguntar luego de que lo hubieran buscado por más de media hora sin encontrarlo. Me sorprendí de que Belén no le contara a Nyzia lo que había pasado para que Xiah saliera de la habitación porque, supuse yo, era para no manchar su imagen, cosa que me estaba cansando un poco porque Xiah y Hero eran los que más lo molestaban. Como fuera, la broma había ido demasiado lejos y eso me tenía muy preocupada por Max.
Quería ir a ver si estaba bien, sólo para asegurarme si se habían arreglado las cosas con los chicos o si todavía estaban enojados… Miré hacia la derecha y a la izquierda para ver si alguna de mis hermanas estaba despierta. Belén estaba muy quieta, algo que me decía que estaba profundamente dormida. Paloma había ido al baño hace como 20 minutos por lo que ahora debía estar durmiendo y Nyzia… pff, de ella no me preocupaba, cuando su cabeza tocaba la superficie de una almohada ella perdía el conocimiento del mundo… algo muy peligroso a decir verdad.
Me destapé y me puse las pantuflas. Salí de la habitación cerrando la puerta muy despacio. En un momento temí que Belén se despertara porque se había movido en la cama, pero recordé que ella tenía muy mal dormir y sólo había que preocuparse si no se movía en las noches.
Caminé por el pasillo apoyándome en las paredes porque estaba muy oscuro. Me tomé el pecho porque cuando vi por las escaleras hacia abajo vi que todavía había alguien despierto. Esperé a que mi respiración volviera a ser normal para seguir avanzando y atravesar ese espacio entre el otro pasillo y la escalera. Desde ahí me fui muy pegada a la pared hasta que sentí el picaporte de la puerta de Max y ahí me quedé congelada sin pensar en nada y tratando de calmarme mientras en mi cabeza planeaba qué iba a hacer ahora, creo que más de diez minutos para luego agacharme sin soltar el picaporte y abrir la puerta muy despacio. Entonces sentí la respiración de alguien a mis espaldas y me volví muerta de miedo.
-Hola –me saludó Max agachado igual que yo con un plato en la mano.
-¿Tú? –exclamé con un susurro.
-No… ¿no querías verme? –inquirió con notable pena en la voz.
-No, si no es eso –le dije todavía con el picaporte de la puerta en mi mano. Max también se fijó en donde estaba yo apoyada y puso cara de duda.
-¿Y qué hacías? –me preguntó.
-Esto… yo, bueno… -no aguanté la risa nerviosa que siempre me salía y me tapé la boca rápidamente para que nadie se despertara. –Yo…
-¿Querías verme?
-Mm. –Asentí un poco avergonzada. Max se quedó un rato mirándome fijo con lo que me sentí muy intimidada. –Pero ya me voy –me apresuré a decir viendo que el chico no decía nada. –Mañana, si bien sé, hay que levantarse temprano ¿no?
-Sí… así es.
-Bueno, me voy entonces –me levanté muy lentamente porque seguía mirando a Max el cual seguía mirándome con una expresión que no reconocí.
Me quedé un rato quieta pensando que a lo mejor la comida le había caído mal o algo así, pero luego vi que seguía comiendo por inercia, aunque sus ojos siguieran fijos en los míos. Comencé a caminar lentamente hacia mi pieza y entonces sentí que se levantaba y me alcanzaba.
-¿Estabas preocupada por mí? –preguntó.
-Eh… eso creo.
Max entonces dejó el plato con comida en el suelo y me abrazó.
-Gracias por preocuparte por mí, Daniela. De verdad no me gustó cuando tu hermana te echó fuera de la pieza, pero yo no podía pasar por su autoridad… ya sabes.
-Comienza a gritar si no le haces caso… fue una decisión sabia el que no le dijeras nada.
-Pero ahora te tengo aquí –dijo pasando sus manos por mi cabello.
-Claro –le respondí apenas porque me dieron ganas de cerrar los ojos y quedarme abrazada a él durante toda la noche.
-Estoy bien, le dieron un castigo a Jaejoong así que estoy más tranquilo.
-Me da tanta vergüenza… mi hermana…
-Es sólo una niña… Aunque un poco maquiavélica, a nadie se le hubiera ocurrido una broma así… los chicos no son tan inteligentes. –Me reí de su comentario encontrando que su pecho era mucho mejor que una almohada para tener mi cabeza en él.
-Bueno, a nosotros nos hace bromas de ese tipo, aunque nunca se le pasó tanto la mano… lo siento.
-Qué no te de pena, -me dijo. –El saber que estás preocupada por mí me hace olvidar todo lo que me pasó antes. Te quiero mucho.
Sentí que Max buscaba mi cara y yo me dejé llevar por el momento hasta que con mis párpados cerrados percibí la luz eléctrica que acababa de encenderse.
-A la cama –oí que decía U-Know sonriendo desde la puerta de su habitación. Detrás apareció Junho quien debía de estar durmiendo en la misma habitación. Al frente estaba Micky y Hero, ambos con cara de sueño. Jae usaba un gorro de koala y Micky tenía pantalones con patitas. Al otro lado estaba Xiah con cara de fastidio, usaba un pijama normal azul y se rascaba la cabeza con los ojos apenas abiertos. Entonces oí un carraspeo y vi a todas mis hermanas mirándome.
No sé si me puse roja o no, de lo único que estoy segura es que me puse a reír (como siempre) y al final todos acabaron riendo. Max se separó de mí y me deseó buenas noches lanzándole una mirada de enojo al líder por habernos molestado. El líder le respondió algo de “tú hiciste lo mismo…” que no entendí pero que hizo que Belén carraspeara y nos ordenara volver a la pieza. Nyzia se quedó en la puerta por unos segundos más y Xiah hizo lo mismo hasta que vi que un almohadón salía desde dentro de la habitación de Xiah y le golpeaba en la cabeza. Luego de eso el pasillo quedó desierto a excepción de nosotras con Nyzia a quienes Belén gritando nos mandó dentro.
Por lo menos ya sabía que Max estaba bien y eso era lo importante y ahora sí podía dormir.

18º Capítulo. Libro de Belén


Libro de Belén.

Yunho no me dejaba leer. Tecleaba en su laptop muy fuerte con lo que me desconcentraba. Miré la hora en el reloj de de péndulo que había junto a la ventana y me fijé en que ya eran las 11 de la noche. Bostecé, a pesar de saber que había dormido la tarde entera, pero sintiendo que tenía mucho sueño. Aun no entendía qué había ido a hacer Yunho a la biblioteca si ni siquiera guardaba silencio y se ponía a tararear canciones que yo no conocía mientras jugaba en el su computador portátil.
Miré la página en la que había quedado del manga que me había puesto a leer y cerré el libro muy ruidosamente. Yunho levantó la vista y me miró con los ojos muy abiertos.
-¿Ya te vas?
-Mañana es un gran día, prefiero acostarme temprano –me levanté y me dirigí hacia la puerta.
-Pero –dijo Yunho antes de que saliera. Cerré la puerta y lo miré impaciente. –Pero podemos, esto… hablar de mañana. ¿Te parece?
-Ya lo hablamos con Yoochun –le dije bostezando de nuevo. –De verdad que tengo sueño.
-Oh, -abrí la puerta de nuevo.
-Oh, pero no te dije a qué hora tienen que levantarse.
-¿A qué hora Yunho?
-A las 7 de la mañana.
-¿Tan temprano? ¿Para qué?
-A esa hora llegará el staff. Vamos a ensayar, ya sabes, en la fiesta tendremos que bailar… hacer lo nuestro.
-Lo suyo… -mascullé volviendo a cerrar la puerta. –A ver si entiendo. Tengo que estar despierta con mis hermanas a las 7 de la mañana ¿no?
-Exacto.
-La furgoneta con los vestidos y esas cosas llegarán a las 12 del día ¿me equivoco?
-No. No te equivocas.
-Tenemos que estar listas a las 6 de la tarde, ¿es eso correcto?
-Sí, correcto.
-El staff se va de aquí a las 5 de la tarde por lo que ustedes tendrán una hora para cambiarse ¿no?
-Eso no es problema, nosotros somos rápidos y…
-¿No?
-Sí, -me respondió de mala gana. –Una hora.
-¿Para qué entonces quieres hablar de mañana si ya sé qué es lo que tengo que hacer?
-Bueno, era para saber si no se te olvidaba algo…
-Pues no, ahora buenas noches. Voy a buscar a mis hermanas. –Abrí la puerta y saqué un pie.
-¡Belén! –me llamó de nuevo.
-¿Qué pasa ahora? –me volví hacia él pero no cerré la puerta .
-Buenas noches.
Me quedé quieta en la puerta sin poder moverme. Yunho me miraba con la sonrisa más tierna que le había visto hacer y me agitaba una mano de despedida.
-Ay Yunho no seas así –le pedí.
-¿Así como? –preguntó haciéndose el tono.
-Ya sabes, me haces sentir mala.
-Pero si eres mala… -dijo con el labio inferior encima del superior.
Entrecerré los ojos tratando de encontrar qué quería provocar diciéndome eso y bueno, por más que lo busqué no lo encontré. Suspiré y volví a cerrar la puerta. Me acerqué a él y le sonreí.
-No entiendo a qué quieres llegar con esto, pero de verdad que quiero ir a dormir.
Yunho abrió la boca como si fuera a decir algo y se quedó así un rato hasta que yo no pude aguantarme las ganas y me puse a reír. Yunho me quedó mirando con esa cara de tonto bastante rato y yo me acerqué a cerrarle la boca porque de verdad que era entre vergüenza ajena y risa verdadera.
-Vamos a dormir –le dije. –Ya es tarde, no quiero que mis hermanas trasnochen.
-La buena hermana… ¿desde cuando es eso…?
-No seas pesado –le dije pegándole en el hombro.
Yunho me miró y luego se miró el hombro, entonces me sonrió de una manera que me dio mucho miedo y lo único a lo que atiné fue a dejar el manga encima del laptop y a salir corriendo.
Oí la silla caerse cuando Yunho salió detrás de mí mientras yo rogaba porque no me alcanzara porque (aunque me muriera porque jugáramos) yo no me controlaba cuando me hacían reír mucho y pegaba a diestra y siniestra. Alcancé a pasar el comedor y el living, pero cuando subía las escaleras Yunho atrapó mi pie y no me dejó continuar.
-A mi nadie me pega –dijo con falso enojo. Yo me puse nerviosa porque no quería que ninguna de mis hermanas me viera en esa situación con el líder, menos los otros miembros del equipo.
-Pero si te toqué un poco solamente –dije sin dejar de reírme. Me daba rabia saber que cuando me reía perdía todas las fuerzas para defenderme, por eso es que sabía que era pescado frito en los brazos de Yunho.
-Pues la venganza se hará realidad…
-Oye si no es para tanto… -le dije apenas.
-Oh, pero tú no sabes con quién te has metido y…
-¡Yunho! –escuchamos ambos que gritaban desde el segundo piso. -¡YUNHOOOO!
El líder se puso serio y me ayudó a enderezarme, subimos las escaleras rápidamente mientras la voz de Changmin seguía gritando el nombre del líder. Llegamos a la pieza del chico y nos quedamos estáticos mientras Changmin iba de un lado a otro buscando algo que no entendí hasta que me fijé en la cama sin colchón y rodeada de papel higiénico sucio.
-¡¡Yunho mira!! –exclamó el chico cuando nos vio llegar. -¡Mira lo que Jaejoong me hizo!
Entonces nos fijamos en las demás personas que estaban en la habitación. Daniela estaba junto a Nyzia, ambas con cara de vergüenza (la que conocía muy bien porque era la que me dirigían cada vez que yo cometía algo vulgar según ellas) y a Junsu junto a Changmin tratando de calmarlo pero con notables ganas de reírse de lo que le había pasado al chico. Entonces ví a mi pequeña hermana sentada en la cama de Junsu junto al indeseable nº 1 de la casa.
-¿Qué hiciste? –pregunté entrando a la pieza conteniendo el asco al ver los papeles en el suelo.
-No te extralimites –me advirtió Yunho. Yo me volví a mirarlo.
-Por si no te has dado cuenta el señor Jaejoong ha estado pervirtiendo a mi hermana… ¡mira lo que hicieron!
-Ella no hizo nada –dijo Jae defendiendo a Paloma. –Sólo dio las ideas. Muy buenas tengo que decir…
-¡Y sin vergüenza más encima! –exclamé adelantándome unos pasos. Yunho me tomó de la mano para que no avanzara.
-Vamos a calmarnos. –Me dijo. Miré a Paloma entonces y la fulminé con la mirada.
-Quiero explicaciones… ahora.
-No hablaré. Hice una promesa –hablaba con un tono solemne que me dio mucha más rabia.
-¡¿Promesa?!
En la habitación reinaba un aire muy tenso que me hizo pensar que una sola palabra iba a hacer que me saliera humo rojo de las narices. Gracias a Dios Yunho estaba cerca y sabía que junto a él, por lo menos no iba a dejar que mi genio me ganara la batalla.
Eso esperaba.
No solté la mano de Yunho mientras me acercaba hacia donde estaba Paloma y Jae, ambos con cara de mártires o algo así, dignos imitadores de Juana de Arco ante de ser quemada. No pude sentarme porque la cama (desnuda sin su colchón) seguía rodeada de ese papel higiénico sucio. Yunho tosió y yo lo miré.
-Está con manjar –me dijo apuntando hacia el suelo.
-Oh –dije yo dándome cuenta de que en realidad el asco me venía porque el olor a manjar siempre me daba asco. –Ya veo –me fijé en mi hermana con los ojos entrecerrados. –Así que con bromitas la buitre.
-No soy…
-Cállate –le dije. –Paloma, por Dios, ¡mira lo que hiciste!
-Oye, no me grites y por otro lado yo no hice esto…
-Jae ya me dijo que eres la autora intelectual de la broma.
-¿Autora intelectu qué? –preguntó ignorante. Bufé enojada y miré ahora a Jae.
-Explícate.
-Changmin siempre anda de soplón. Alguien tenía que darle su merecido.
-¡Sí! –gritó Junsu mientras ponía cara de vergüenza cuando Changmin lo miró. –Lo siento –le dijo. –Pero es verdad, deberías defenderte solo. Si Jae no hubiera hecho esto, yo lo hubiera hecho por él…
-¿Cómo puedes decir eso? –le espetó Changmin con notables ganas de ponerse a llorar. Estaba segura de que si Daniela no hubiera estado en la pieza, él ya hubiera estado lagrimeando como un niño. Yunho se acercó a los chicos y se puso en medio.
-Vamos a calmarnos. Junsu, no está bien lo que dijiste, y lo sabes… -Junsu miró a Yunho con expresión inocente y levantó los hombros.
-Es un soplón.
-Ya basta –lo paró el líder. –Pídele disculpas.
-Pero…
-Junsu…
-O le pides disculpas a Changmin o le digo a mi hermana lo que está pasando porque da gracias a Dios que no entiende nada. –Dije situándome junto a Yunho. Junsu entrecerró los ojos afectado por mi amenaza y miró a Changmin.
-Lo siento, de verdad. –Y dicho esto salió de la habitación. Nyzia me miró para que le dijera qué pasaba.
-Ve a la pieza –le dije. –Mañana nos levantamos temprano.
-Pero Xiah y… se fue y…
-Por hoy basta de romances. Las dos a la cama –Daniela me miró y se acercó a mí enojada.
-Yo no quiero dejar a Max.
-Pero esto ya es problema de grupo, no las quiero inmiscuidas en esto. A la cama –repetí con tono duro y serio.
Mis dos hermanas me lanzaron miradas de resentimiento pero salieron de la habitación. Changmin le tomó la mano a Daniela antes de que ella despareciera, entonces me fijé en una figura que caminaba de puntillas hacia la puerta.
-Paloma, tú te quedas –le dije rápido. Mi hermana pequeña se rió sabiéndose descubierta.
-Pero si nos mandaste a dormir… -dijo con ganas de salir de la habitación.
-Primero te disculpas con Changmin.
-Pero, yo, este… ¡no puedo! –me dijo.
-¿Y eso sería por? –pregunté tratando de levantar una ceja.
-Porque, bueno, porque… ¡es Max! Me da mucha vergüenza…
-¿Y no te da vergüenza andar haciéndolas de criminal con un mayor de edad? –inquirí.
-Esto, bueno yo…
-Paloma, las disculpas ahora.
Mi hermana pequeña me miró con esos ojos tiernos que pone a veces que nos hacen sentir a todas nosotras muy malas, pero yo no cambié de parecer y al final rindiéndose y sonrojándose de pronto se volvió hacia Changmin y le dijo “lo siento” en japonés. Igual sabía algo del idioma, pero no tanto como ella. Changmin le dijo algo con lo que Paloma se sintió más mal y luego mi hermana pequeña salió de la habitación.
-Ahora –dije mirando a Yunho. –Es mejor que me vaya… esto lo arreglan ustedes y yo… yo me voy.
-Espera.
Yunho me sostuvo de la mano y no me dejó ir. Lo miré esperando a que me dijera algo pero él sólo se limitó a apuntar a Jae con cara de signo de pregunta.
-¿Y qué hago con él? –inquirió. Changmin le dijo algo a Jae en coreano que me sonó a insulto o algo parecido pero que divirtió a Yunho. Yo levanté los hombros.
-Yo no debería inmiscuirme en esto… en serio Yunho, mejor me voy…
-Sí, ándate, ¿quien quiere tus consejos baratos? Nadie los necesita…
-Jaejoong cállate –le dijo Changmin muy enojado. –Ya me arruinaste la noche, me dejaste en vergüenza delante de Daniela y te comiste mis donas… ¿qué más quieres?
-Quítale los mp4 –dije de pronto.
La habitación quedó en silencio y Changmin me miró con los ojos muy abiertos. Yunho en cambio se había quedado estático reflexionando la idea, pero Jae luego de un rato se puso inmediatamente de pie.
-¡No! Eso no tiene nada que ver…
-Bien pensado –me felicitó Yunho. –Algo drástico, con el toque de castigo suficiente y el aroma del arrepentimiento y la lección. Muy bien.
-¡Yunho! –exclamó Jae sin creer lo que estaba escuchando. -¡Pero si yo…! ¡Era solo una broma!
-Las bromas son para reírse –le dije mientras caminaba hacia la puerta con aire de suficiencia. –Y bueno, no veo a nadie riéndose… Ah, excepto yo…
Y salí de la pieza aún con la sonrisa pegada en la cara. Cuando iba entrando a la pieza oí a Jae gritar.
-¡No! ¡Mis bebés! ¡Mis hijos! -Y luego a Changmin notablemente más contento.
-Non seas novela Jae, si es por unos días solamente…
-¡No! ¡Yunho por favor! ¡Clemencia…!
Por lo menos noté que Jae no estaba tan enojado con lo que me dio a entender que él se había dado cuenta de que las cosas no funcionaban así en la vida.
Bueno, la historia dentro de la habitación de mis hermanas era otra muy diferente.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

17ª Capítulo. Libro de Paloma /Parte 4


Lo miré con horror y me solté de su chaqueta haciendo que me cayera hacia atrás golpeándome en el trasero. Me dolió más de lo que debía puesto que en no hace mucho me mi hermana Daniela había caído encima de mí haciendo que mi pobre trasero quedara resentido. Jae se apresuró a levantarme con la linterna entre sus dientes y me miró con gesto de desaprobación.
-No están sucios de verdad… les unté manjar solamente.
-Oh, -dije. –Ya veo.
-Dime que no lo encuentras divertido ¿a qué si?
-Bueno… -dije sin encontrar las palabras perfectas para decirle lo que pensaba.
-Vamos, -me invitó a que le contestara.
-Es que, bueno, yo… yo le hubiera hecho otra cosa…
-¿Algo más? –preguntó con una sonrisa ansiosa. –Me gusta, vamos ¿qué es?
-Eto… bueno yo… yo le hubiera escondido el colchón. Le hubiera hecho la cama pero sin colchón… ¿entiendes?
-Oh –dijo sorprendido. –Eres maquiavélica, eso me gusta, vamos a ver…
Hero me pidió que le sostuviera la linterna mientras desarmaba la cama y sacaba el colchón el cual fue dejado en el balcón de la habitación. Se preocupó de que la luz de fuera no dejara ver la sombra del colchón e hizo la cama de nuevo… cuando terminó me miró con duda.
-¿Y los papeles?
-Qué rodeen la cama y pon un letrero que diga “aquí yace el soplón más grande de la historia”.
-Me gusta tú estilo Paloma –dijo mientras hacia exactamente lo que le había dicho. –Eres del tipo subterráneo… pero sin perder la calidad del trabajo… algo suave pero con el toque de oscuridad perfecto.
Sonreí complacida. Mis hermanas no admiraban eso de mí, bueno se podría decir que se reían de mis bromas más locas, como cubrir al señor inodoro con cinta adhesiva o dibujar Calamardos por doquier y en los lugares menos imaginables. Y ese tipo de cosas que me gustaban hacer, pero esto lo había hecho sólo porque Hero estaba conmigo ya que si estuviera en mi casa no lo hubiera hecho nunca y no porque mis padres me hubieran retado si no porque no tenía cómplice y porque el papel higiénico era caro.
Hero escribió en un papel algo en letras coreanas y luego de mirar nuestra obra me tomó de la mano para salir al mismo tiempo que oímos voces que venían desde afuera. Hero me apretó la mano muy fuerte, pero yo ya estaba muy consciente de lo que pasaba. No reconocí la voz pero se acercaba más y más. En cuestión de segundos Hero me tiró hacia dentro de la habitación a oscuras y abrió algo para luego cerrarlo y dejarnos a ambos dentro.
-¡Shhst! –me dijo.
-No sabes si vienen a esta pieza…
Acababa de decir esto cuando vi por la rendija de la puerta de donde fuera que nos habíamos metido que la luz era encendida.
-¡Woooo! –exclamó alguien.
-Es Junsu –me dijo Hero moviéndose un poco haciendo que estuviera mucho más apegada a él. –No creo que le diga a Changmin, a él también lo ha acusado.
-Oh.
Por un momento me sentí mal por Max, ya que yo también era media soplona en casa y no por eso mis hermanas me hacían este tipo de bromas. De seguro que si pudiera Belén me las haría, pero ella no era tan inteligente…
-¿Te sientes mal? –preguntó Jae notando que de pronto me quedaba callada.
-Un poco, pero se me pasará.
-Te confieso que también me siento un poco mal, pero siempre es así al principio, y luego ando contento de lo genio que soy…
-Ejem -carraspeé.
-De lo genios que somos –corrigió y le vi sonriendo.
La luz seguía prendida pero no oía a nadie hablando, me pregunté si ellos ya se habrían ido e iba a abrir la puerta sólo un poco cuando sentí la mano de Jae impidiéndomelo.
-Yo que tú no haría eso.
-¿Por qué?
-Junsu está con tu hermana Nyzia, ya sabes… -y levantó las cejas tan incómodo como yo.
-Oh –dije haciendo una mueca de asco.
-Paloma –me llamó Jae en un susurro.
-¿Eh?
-Baja la voz, oye… ¿puedo preguntarte algo?
-Qué te pica –dije acostumbrada a decir eso. Sonó medio raro en japonés, pero a Jae le pareció divertido porque sonrió. Eso era lo importante.
-¿Qué hacías sola fuera de tu pieza?
-Ah, eso…
Me mordí el labio inferior y lo miré a la cara tratando de encontrar sus ojos en la oscuridad. Lo único que podía verle eran los dientes, así que por lo menos sabía que no se estaba riendo ahora.
-Mm, me dio miedo quedarme sola en la pieza… estaba oscura.
-Ah, -vi que él se agachaba un poco y quedó a menos de veinte centímetros de mi rostro. –Pero estabas llorando.
-Ah, me viste.
-Uh-uh.
-Me gusta llorar –le dije.
-Pero no estabas llorando por nada ¿o sí?
-Bueno…
Hablábamos muy bajito por lo que a cada rato Hero me mandaba su dióxido de carbono con lo que apenas podía respirar. El clóset (que luego me di cuenta de que nos habíamos metido en uno de esos al ver toda la ropa colgada) estaba quedándose sin oxígeno fresco y yo quería respirar decentemente ahora.
-Extrañaba a mis padres –le dije.
-¿Te quieres ir?
-No dije eso, sino que solo los extraño.
-Es lo mismo.
-No lo es.
-¿Te gustaría estar con ellos ahora?
Guardé silencio porque si eso te lo preguntaba tu cantante famosos… en otros términos era entre elegir a tus padres (gente con la que has compartido la vida entera) a estar con el chico que has amado en secreto desde que lo viste en Mirotic atrapado con cuerdas y cantando y con sus venas y…
-Estás poniéndo esa cara de pervertida de nuevo –me advirtió sonriendo.
-Oh, lo siento, es que…
-Sí, sí sé… estabas pensando con la cara.
Entrecerré los ojos porque no encontré su comentario muy lindo y le pegué en el brazo.
-No pienso con la cara –le dije.
-Baja la voz.
-¿Y si no quiero? –pregunté más alto.
-Bueno, en ese caso asume las consecuencias.
Y en ese instante la puerta del clóset se abrió y vi que mi hermana Nyzia y Xiah nos miraban con cara de no saber qué hacer. O nosotros los habíamos estado espiando a ellos o ellos sabían que habíamos sido nosotros los de la broma.
En cualquier caso nos iba a llegar un reto igual.

17ª Capítulo. Libro de Paloma /Parte 3


Estaba sentada afuera de mi habitación mientras escuchaba música. No quería entrar porque me daba miedo y no sabía donde estaba el interruptor. Hero había dicho que tenía cosas que hacer y me dejó fuera de mi habitación para encerrarse en la suya rápidamente.
La evaluación de ese día daba una nota de 6.5, obviamente no por el hecho de levantarme temprano ni de haber visto a mi hermana Nyzia haciendo cosas de grandes (llámese a eso intercambio salival) Si no porque había entrado a la pieza de Jae y había jugado a las cosquillas con él, habíamos robado juntos las donas de Max y a los dos U-Know nos había regañado por hacerlo. Esto de tener cosas en común con el chico amado era lo mejor.
Cerré los ojos mientras me dejaba llevar con la música de Ariel Lin, y me imaginaba a mi y a Hero riéndonos juntos, caminando de la mano por las calles de Tokio (no me acordaba cuál era la capital de Corea) y haciendo travesuras. Luego con rareza recordé a el mismo Hero que hoy día me amenazó con su poder 2.0 en Mirotic y en Wrong Number y me dio un dolor de estómago notar lo distinto que era cuando estaba en su casa o en confianza. Sonreí un poco al darme cuenta de que conmigo se sentía en confianza y eso por lo menos alentó mi ánimo que con ayuda de la música había empezado a decaer.
Echaba de menos mi casa, a mis amigas, el colegio y en especial a mi papá. Quería abrazarlo y decirle que lo quería, jugar con él y pegarle en la espalda y decirle: papi lindo o cosas así. Acostarme en mi cama, ver Bob Esponja, escribir mis novelas en el computador y ver doramas con mis hermanas en la noche con miedo de que mi padre se apareciera por el pasillo de la escalera a gritarnos que era muy tarde y que luego de volviera a dormir sin acordarse de lo que acababa de hacer. Echaba de menos hacer mi ritual antes de acostarme, el cual consistían en cuatro pasos:
 Dejar mi cama lista para dormir (con las tapas hacia atrás y con algunos abrigos a los pies).
 Bajar al baño aunque no tuviera ganas de usar al señor inodoro y lavarme los dientes.
 Llenar un vaso entero con agua para sólo tomar un sorbo.
 Subir a la pieza, aplicarme mi crema para las manos y molestar a mis hermanas para que dejaran de conversar o acusarlas a papá de que no apagaban la música y luego escuchar un poco de Ai Otsuka o DBSK para dormir y cerrar los ojos abandonándome al sueño.

También extrañaba el comer con mis palillos, esos que había comprado en la tienda china en la que atendía en único chino lindo de la ciudad y por sobre todo extrañaba estar en familia.
Sabía que iba a llorar, pero me gustaba. Sí, eso de sentir pena y que los ojos me lagrimearan aún sin tener verdaderos deseos de desahogarme y esas cosas. Pero así era, así era yo, y me gustaba como era.
-¡Oye! –oí que alguien me decía a mi lado.
Abrí los ojos y me encontré cara a cara con Jaejoong el cual sonreía de manera muy sospechosa. Al principio creí que era un sueño, que estaba en mi casa sentada en mi cama y que me imaginaba que Hero estaba cerca de mí, pero luego de un rato la realidad me sobrevino de golpe y tuve que cerrar los ojos varias veces para creer de verdad en que Jae estaba frente a mí.
-¡Oye! –volvió a decirme con ese tono sospechoso. Apagué el mp3 rápidamente y levanté las cejas.
-¿Qué pasa?
-¡Shhtt! –me dijo poniendo sus manos en mis hombros para que me quedara quieta y me callara. –Tienes que prometerme que te quedarás callada.
-¿Ah si? ¿Y para qué sería? –pregunté mas bajo.
-Es que he elaborado un plan –me dijo sonriendo cosa que hizo que de pronto hiperventilara de una manera casi vergonzosa.
-¿Plan?
-Sí, vamos –se levantó rápido y me ofreció la mano, cosa que me hizo recordar el momento vivido en el concierto el día anterior… ¿era la misma hora? -¿Vas a tomar mi mano o quieres quedarte fuera de mi maravilloso plan?
-Pero… -tomé su mano y él me ayudó a ponerme de pie. –Pero ¿qué vamos a hacer? –pregunté dándome cuenta de que usaba un raje negro apretado (que me hizo acelerar el corazón) y llevaba guantes en las manos.
-Silencio –dijo caminando lento mientras miraba hacia todos lados por si alguien nos veía. O eso creí. –Como mi compañera de estrategias –dijo deteniéndose antes de pasar por la escalera, -estás obligada a secundarme en mis propósitos.
-No entiendo –le dije arrugando la cara. Jae apretó mi mano más fuerte y pasó corriendo por la escalera hacia la pared que nos protegía por si alguien nos veía.
-Vamos a jugarle una broma a Shim.
-¿Eh?
-Me acusó con Yunho, eso no se perdona. La última vez le dijo que había atado todos sus zapatos al picaporte de la puerta de la calle y Yunho me dijo que me quedaba sin postre por tres días.
-¿Él puede hacer eso?
-No sé si ser el líder le da tanto derecho, pero nadie reclama.
-Nosotros a Belén sí, pero casi nunca.
-El punto, -dijo abriendo la puerta de su habitación y sacando una bolsa de basura llena con no sé qué –es que ahora mes la va pagar. Y no va a poder saber quien pudo ser.
-¿Cómo estás tan seguro?
-Por que tú dirás que estuve todo el rato contigo.
Me puse roja de solo escucharlo decir eso. Hero me sonrió y luego se puso el dedo en la boca poniendo cara de extrema concentración y caminó de puntillas como verdadero criminal a la habitación de en frente que era donde dormían Xiah y Max, según mis cálculos. Sacó de un bolsillo algo que parecía una horquilla y la metió en el resquicio de la llave.
-La puerta está abierta –le dije. Habíamos entrado sólo esa tarde a la pieza y él sabía que la piezas nos estaban cerradas con llave nunca. Él mismo me lo había dicho…
Jae me miró y me sonrió avergonzado.
-Lo siento, es que si actúo como bandido me gusta hacer el papel completo ¿entiendes?
-Uh-uh –le dije un poco desconcertada con esa actitud de demente que tenía.
Obviamente la puerta se abrió rápidamente (no estaba cerrada ni por si acaso pero Jae igual al final de la operación llámese a esto meter la horquilla y fingir que la puerta se abría con ella besó el metal y lo guardó dentro del pantalón como si fuera un tesoro), entramos despacio y cuando estuvimos dentro Hero cerró la puerta rápidamente dejándonos en la más completa oscuridad.
-Prende la luz –le pedí.
-Sospecharán si ven una luz en donde se supone no hay nadie.
-No seas paranoico –le dije riéndome por su falso temor.
-Vamos a hacerlo a la manera convencional –dicho esto Jae comenzó a moverse medio raro buscando algo y de pronto se prendió la luz de una linterna que nos alumbró muy pobre.
-Me voy a caer si no veo –le dije.
-A ver, agárrate de mi chaqueta.
No tuvo que repetirlo dos veces para que yo le hiciera caso. Me sostuve de la chaqueta de cuero negro que usaba mientras él deshacía la cama de Max y le echaba algo encima.
-¿Qué es? –pregunté sin identificar algo que me pareció papel pero arrugado. Jae no aguantó las ganas de reírse cuando me contó.
-Es papel higiénico.
-Eso no es broma para nada –le dije sin expresión.
-Pero el papel está sucio.

17ª Capítulo. Libro de Nyzia /Parte 2


-¡Ay Belén! –exclamé yo. -¿Tenemos que ir a algún lado tan temprano?
-No, pero yo quiero que sea así. Nos vemos.
Tomó sus cosas de la mesa y sonriendo desapareció en la cocina para luego salir de ella y dirigirse detrás de esta. Me fijé en que U-Know la seguía con la mirada para luego volver a concentrarse en su comida. Entonces Paloma bostezó y me dijo que iría a acostarse, que esperaba no interrumpir nada entre Max y Daniela, porque sabíamos que Max estaba con ella ahora. Aunque sabía que Paloma deseaba abrir la puerta y pillarla infraganti cometiendo algo, tal y como suponía había hecho conmigo. Se levantó de la mesa junto con Hero y ambos fueron a la cocina. En ese momento Daniela y Max entraron a la habitación tomados de la mano.
Paloma salió de la cocina, la miró con cara de “sabía que esto pasaría” y salió acompañada de Hero… Espera. ¿Dije Hero? Miré por donde habían salido y me dio algo en el estómago. ¿Por qué ese chico estaría tanto tiempo junto a mi hermana que de paso era PEQUEÑA? Daniela me miró sonriendo por lo que supe que tenía cosas que contarme tal y como yo. Micky se disculpó junto con Junho diciéndole algo a Daniela la cual me dijo que iban a jugar X-Box en el salón de juegos. Max le dijo algo a Daniela y ella levantó los hombros.
-Voy con ellos –me avisó. –Si Belén pregunta dile eso, ¿vale?
-Uh-uh –dije yo entrecerrando los ojos. Mi hermana no era my buena con esas cosas, pero allá ella. No era de mi incumbencia a dónde iba, sólo me importaba que estuviera bien.
U-Know entonces miró a su alrededor y vio la mesa vacía a su alrededor. Se tragó lo último que tenía en la boca y nos sonrió.
-Is better that I go too… see you –Hizo la señal universal de paz y se levantó rápido sin dejar de sonreír de manera tonta desapareciendo detrás de la cocina hacia donde habían ido casi todos.
Mi corazón comenzó a latir de manera frenética cuando me di cuenta de que Xiah y yo nos habíamos nuevamente solos. Volví la cabeza lentamente hacia él y lo descubrí mirándome fijamente.
Me puse a pensar en que si verdad lo que había pasado entre nosotros había sido real porque me parecía más que un sueño el estar junto a una persona tan perfecta como él. Su mano me apretó más fuerte y yo no pude dejar de mirarlas. Parecían hechas para estar juntas, y me vi a mi misma abrazada junto a Xiah sin separarnos nunca más.
Xiah entonces se levantó y me invitó a acompañarlo. Miré con culpabilidad la mesa sucia, pero él me dijo con la mano que los demás se encargarían, que no me preocupara, o eso creo. Subimos las escaleras y yo obediente lo seguí porque no tenía idea de lo que pensaba hacer. Caminamos hasta el final del pasillo y doblamos hacia otro pasillo que yo no había notado antes. Había un gran ventanal por el cual pasamos y me quedé mirando extasiada la vista de la ciudad a nuestros pies. Sin querer miré hacia la calle y no vi a ninguna fans cerca. Xiah entendió mi preocupación y me dijo (con los dedos, ojos y manos) que las fans estaban del otro lado porque de este se le tenía prohibido pasar a nadie que no fuera residente de la propiedad.
-Oh –dije. –I see…
No podía aguantar las ganas que tenía de hablar con él, de entenderle, pero bueno, si nuestra relación había crecido hasta el punto de besarnos (cosa que aún me costaba creer que hubiera pasado) significaba que la comunicación verbal no era tan importante. Xiah me sonrió y apagó la luz del balcón haciendo que sólo las luces de Tokio a nuestros pies y las otras luces del jardín de abajo nos iluminaran. Me señaló hacia arriba y me mostró el cielo despejado en esa fresca noche de verano con las estrellas saludándonos.
-¡Wow! –exclamé soltándome de su mano y yendo hacia el borde del balcón. -¡Hermosas!
-Beautiful, aren’t they? –bueno, hasta aquí había llegado mi comprensión de inglés básico, cosa que había temido desde hace un tiempo. Por lo que me limité a sonreírle solamente sin dejar de mirar las miles de lucecitas parpadeantes que colgaban del firmamento.
El ver las estrellas te hace sentir tan pequeño, ese sentimiento de saber que nos preocupamos pos nuestras vidas de manera afanosa y hay miles de otras vidas que hacen lo mismo, y que al final de todo una no es el centro del universo. Bueno, que Xiah fuera el centro del mío era una cosa muy aparte, pero como fuera el ver las estrellas me hizo sentir insignificante.
Xiah me abrazó por la espalda y cargó su cabeza en mi hombro haciendo que de pronto dejara de filosofar sobre la vida y las estrellas y los universos personales para concentrarme en respirar y en no sonrojarme. Tragué saliva y puse mis manos sobre sus brazos que rodeaban mi cintura. Cerré los ojos y por un momento me dejé llevar por la sensación de estar así con él y apoyé mi nuca en su hombro a mis espaldas. El viento fresco era delicioso, el sentirlo en mi rostro y en mi cabello era una sensación que junto a estar con Xiah me hacía creer que era la mujer más feliz del planeta.
Xiah entonces comenzó a tararear una canción en coreano que no conocía por supuesto, pero que hizo que me sintiera llena de mariposas y de cosquillas por todo el cuerpo. Apreté sus brazos, más fuerte y apoyé mi mejilla contra la suya para sentir el movimiento de sus músculos al cantar, cosa que juro me dejó en otra galaxia porque aparte de que su voz era perfecta el roce de su rostro contra el mío era algo que nunca había vivido y que me hacía sentir ganas de reírme mucho y de cantar, baliar, correr y gritar que me gustaba mucho, que lo quería demasiado y rogar para que este momento se hiciera eterno.
Cuando nuestros labios se encontraron fueron mucho más dulces que la vez anterior en que había notado inseguridad la mayor parte del tiempo. Xiah era cariñoso, y no se apresuraba. Tal vez hubiera notado que yo no era una experta con esto de los besos, pero me hacía sentir tan cómoda que esos pensamientos tan rápido como venían se iban por lo que el tiempo que estuve con él en ese balcón se hizo eterno y uno de los que nunca olvidaré por el resto de mi vida.