lunes, 19 de octubre de 2009

18º Capítulo. Libro de Daniela


Libro de Daniela.

No entendía porqué le hacían ese tipo de broma a Max. No entendía qué malo él había hecho, y no entendía porqué Paloma estaba metida en todo eso. Me di vuelta en la cama, con la oscuridad de la noche invadiendo por completa la habitación mientras escuchaba el silencio de la noche.
Belén no había regañado a Paloma lo suficiente por haberle hecho esa broma a Max, si no que se limitó a prohibirle nuevamente estar cerca de Hero cosa que ella no se tomó muy bien, pero que aceptó dada las circunstancias. También sabía que Paloma se sentía culpable por lo que le habían hecho a Max y ella misma le había dicho a U-Know donde estaba el colchón escondido cuando el líder había venido a preguntar luego de que lo hubieran buscado por más de media hora sin encontrarlo. Me sorprendí de que Belén no le contara a Nyzia lo que había pasado para que Xiah saliera de la habitación porque, supuse yo, era para no manchar su imagen, cosa que me estaba cansando un poco porque Xiah y Hero eran los que más lo molestaban. Como fuera, la broma había ido demasiado lejos y eso me tenía muy preocupada por Max.
Quería ir a ver si estaba bien, sólo para asegurarme si se habían arreglado las cosas con los chicos o si todavía estaban enojados… Miré hacia la derecha y a la izquierda para ver si alguna de mis hermanas estaba despierta. Belén estaba muy quieta, algo que me decía que estaba profundamente dormida. Paloma había ido al baño hace como 20 minutos por lo que ahora debía estar durmiendo y Nyzia… pff, de ella no me preocupaba, cuando su cabeza tocaba la superficie de una almohada ella perdía el conocimiento del mundo… algo muy peligroso a decir verdad.
Me destapé y me puse las pantuflas. Salí de la habitación cerrando la puerta muy despacio. En un momento temí que Belén se despertara porque se había movido en la cama, pero recordé que ella tenía muy mal dormir y sólo había que preocuparse si no se movía en las noches.
Caminé por el pasillo apoyándome en las paredes porque estaba muy oscuro. Me tomé el pecho porque cuando vi por las escaleras hacia abajo vi que todavía había alguien despierto. Esperé a que mi respiración volviera a ser normal para seguir avanzando y atravesar ese espacio entre el otro pasillo y la escalera. Desde ahí me fui muy pegada a la pared hasta que sentí el picaporte de la puerta de Max y ahí me quedé congelada sin pensar en nada y tratando de calmarme mientras en mi cabeza planeaba qué iba a hacer ahora, creo que más de diez minutos para luego agacharme sin soltar el picaporte y abrir la puerta muy despacio. Entonces sentí la respiración de alguien a mis espaldas y me volví muerta de miedo.
-Hola –me saludó Max agachado igual que yo con un plato en la mano.
-¿Tú? –exclamé con un susurro.
-No… ¿no querías verme? –inquirió con notable pena en la voz.
-No, si no es eso –le dije todavía con el picaporte de la puerta en mi mano. Max también se fijó en donde estaba yo apoyada y puso cara de duda.
-¿Y qué hacías? –me preguntó.
-Esto… yo, bueno… -no aguanté la risa nerviosa que siempre me salía y me tapé la boca rápidamente para que nadie se despertara. –Yo…
-¿Querías verme?
-Mm. –Asentí un poco avergonzada. Max se quedó un rato mirándome fijo con lo que me sentí muy intimidada. –Pero ya me voy –me apresuré a decir viendo que el chico no decía nada. –Mañana, si bien sé, hay que levantarse temprano ¿no?
-Sí… así es.
-Bueno, me voy entonces –me levanté muy lentamente porque seguía mirando a Max el cual seguía mirándome con una expresión que no reconocí.
Me quedé un rato quieta pensando que a lo mejor la comida le había caído mal o algo así, pero luego vi que seguía comiendo por inercia, aunque sus ojos siguieran fijos en los míos. Comencé a caminar lentamente hacia mi pieza y entonces sentí que se levantaba y me alcanzaba.
-¿Estabas preocupada por mí? –preguntó.
-Eh… eso creo.
Max entonces dejó el plato con comida en el suelo y me abrazó.
-Gracias por preocuparte por mí, Daniela. De verdad no me gustó cuando tu hermana te echó fuera de la pieza, pero yo no podía pasar por su autoridad… ya sabes.
-Comienza a gritar si no le haces caso… fue una decisión sabia el que no le dijeras nada.
-Pero ahora te tengo aquí –dijo pasando sus manos por mi cabello.
-Claro –le respondí apenas porque me dieron ganas de cerrar los ojos y quedarme abrazada a él durante toda la noche.
-Estoy bien, le dieron un castigo a Jaejoong así que estoy más tranquilo.
-Me da tanta vergüenza… mi hermana…
-Es sólo una niña… Aunque un poco maquiavélica, a nadie se le hubiera ocurrido una broma así… los chicos no son tan inteligentes. –Me reí de su comentario encontrando que su pecho era mucho mejor que una almohada para tener mi cabeza en él.
-Bueno, a nosotros nos hace bromas de ese tipo, aunque nunca se le pasó tanto la mano… lo siento.
-Qué no te de pena, -me dijo. –El saber que estás preocupada por mí me hace olvidar todo lo que me pasó antes. Te quiero mucho.
Sentí que Max buscaba mi cara y yo me dejé llevar por el momento hasta que con mis párpados cerrados percibí la luz eléctrica que acababa de encenderse.
-A la cama –oí que decía U-Know sonriendo desde la puerta de su habitación. Detrás apareció Junho quien debía de estar durmiendo en la misma habitación. Al frente estaba Micky y Hero, ambos con cara de sueño. Jae usaba un gorro de koala y Micky tenía pantalones con patitas. Al otro lado estaba Xiah con cara de fastidio, usaba un pijama normal azul y se rascaba la cabeza con los ojos apenas abiertos. Entonces oí un carraspeo y vi a todas mis hermanas mirándome.
No sé si me puse roja o no, de lo único que estoy segura es que me puse a reír (como siempre) y al final todos acabaron riendo. Max se separó de mí y me deseó buenas noches lanzándole una mirada de enojo al líder por habernos molestado. El líder le respondió algo de “tú hiciste lo mismo…” que no entendí pero que hizo que Belén carraspeara y nos ordenara volver a la pieza. Nyzia se quedó en la puerta por unos segundos más y Xiah hizo lo mismo hasta que vi que un almohadón salía desde dentro de la habitación de Xiah y le golpeaba en la cabeza. Luego de eso el pasillo quedó desierto a excepción de nosotras con Nyzia a quienes Belén gritando nos mandó dentro.
Por lo menos ya sabía que Max estaba bien y eso era lo importante y ahora sí podía dormir.

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